sábado, 26 de noviembre de 2011

Virgilio y Plauto: La tragedia y la comedia latina


VIRGILIO
(Publio Virgilio Marón, en latín Publius Vergilius Maro; Andes, hoy Pietole, actual Italia, 70 a.C.-Brindisi, id., 19 a.C.) Poeta latino. Aunque hijo de padres modestos, Virgilio estudió retórica y lengua y filosofía griegas en Cremona, Milán, Roma y Nápoles.



Si bien no intervino de modo directo en la vida política, desde muy pronto Virgilio disfrutó del apoyo de mecenas y amigos, como Cayo Mecenas, el poeta Horacio e incluso Octavio, el futuro emperador Augusto, en parte propiciado por el éxito de su primera obra mayor, las Bucólicas, en las que desarrolla muchos temas de la tradición pastoril, tomados sobre todo de los Idilios de Teócrito, aunque introdujo numerosas alusiones a personajes y situaciones de su época.

Incitado por sus protectores, escribió las Geórgicas, en apoyo de la política imperial de relanzar la agricultura en Italia, en las cuales recrea la belleza de la vida campesina y sus distintos aspectos: labranza, ganadería y apicultura.

La vertiente pública de la poesía de Virgilio llegó a su cima cuando afrontó la tarea de escribir un ambicioso poema patriótico a imagen de las grandes epopeyas homéricas, la Eneida, que debía cantar las virtudes del pueblo romano y cimentar una mitología propia para la nación. Para ello escogió la conocida figura legendaria del héroe troyano Eneas. Durante otros doce años trabajó en la composición de esta su obra maestra, poema épico que incluye doce cantos.

Al principio, Eneas logra huir del desastre de Troya llevando sobre los hombros a su anciano padre, Anguises, y a su hijo Ascanio de la mano; reúne una flota y zarpa con los supervivientes troyanos rumbo a Tracia, Creta, Epiro y Sicilia, antes de abordar las costas de África. Luego relata los amores de la reina de Cartago, Dido, con Eneas, y el suicidio de ella tras la partida del héroe. Tras un interludio, la última parte narra la llegada de Eneas a Italia, y la guerra que sostiene con Turno, rey de los rútulos; la victoria le otorga la mano de Lavinia, princesa del Lacio.

Según Virgilio, el linaje romano procede del hijo de Eneas, Ascanio, que habría fundado la ciudad de Roma. El modelo homérico está presente tanto a nivel formal como temático, aunque es visible también la influencia de poetas romanos como Ennio, Lucrecio y Apolonio de Rodas.

El verso de Virgilio en la Eneida fue considerado en su propia época, y a partir de entonces, como modelo de perfección literaria tanto por su equilibrio métrico como por su musicalidad. Sin embargo, el poeta no pudo terminar su obra, pues en el 19 a.C. emprendió un viaje por Grecia y Asia con la intención de corroborar sobre el terreno las referencias paisajísticas y geográficas de su obra maestra, prácticamente finalizada para entonces, y para profundizar en el estudio de la filosofía. Durante el viaje enfermó gravemente, y en su lecho de muerte pidió a sus amigos Vario y Plocio que destruyeran la Eneida, por considerarla imperfecta, ruego que no fue atendido por orden de Augusto.

Se atribuye asimismo a Virgilio la composición de un conjunto de obras menores de carácter épico, elegíaco y didáctico, conocido como el Appendix vergiliana, que quizás podrían ser obras de juventud, aunque no está bien dilucidada su autoría. El renombre de que gozó fue enorme no sólo en su época, sino a lo largo de toda la Edad Media, que le consideró como un cristiano anticipado, e incluso se llegó a ver en una de sus Bucólicas una profecía de la llegada del Mesías. En su Divina Comedia, Dante lo convirtió en su guía a través del Infierno y el Purgatorio, y le consideró su maestro.


PLAUTO
(Tito Maccio Plauto; Sarsina, actual Italia, 251 a.C.-Roma, 184 a.C.) Comediógrafo latino. A pesar de que los datos sobre su vida son inciertos, se cree que trabajó en Roma durante su juventud en una compañía teatral, quizá como actor cómico, y que, habiendo ahorrado un poco de dinero, lo invirtió sin éxito en una especulación comercial. Empobrecido, se dice que trabajó como molinero mientras escribía sus primeras obras en sus ratos de ocio. No se sabe mucho de la vida de Plauto, incluso se tienen dudas sobre su nombre, ya que Plautus (pies planos) podría ser un sobrenombre relacionado con su profesión teatral.


Plauto se dedicó enteramente al teatro como autor, actor y director de compañía. Desde luego, lo que sí sabemos es con su nombre circularon numerosas obras donde estacan Anfitrión, Asinaria (la comedia de los asnos) Aulularia (la comedia de la olla) y muchas otras más.

Escribió para un público variado donde predominan los temas populares y existe una comicidad explícita y violenta. Tomó rasgos del antiguo teatro popular latino (a veces osco o estrusco) que mezcló con una hilaridad sorprendente donde la comicidad era confiada a digresiones graciosas, chistes y diálogos ingeniosos.

Anfitrión. Argumento
Júpiter, enamorado de Alcmela adopta la forma de su esposo, Anfitrión, que está en la guerra. Mientras está en el lecho con ella el verdadero Anfitrión llega con su esclavo, Sosia, que se adelanta a la casa donde está Mercurio como guardián, que hace dudar a Sosia de su propia identidad. Anfitrión descubre así que está siendo engañado por Alcmela y la acusa de infidelidad. Viendo el peligro que ella corre, Júpiter la ayuda deteniendo a Anfitrión con un rayo. Alcmela se queda embarazada y da a luz dos gemelos. Luego Júpiter explicará su engaño a Anfitrión, que se somete a su voluntad. Este tema ha sido reelaborado numerosas veces en la posteridad por Molière, Dryden o Giraudoux, entre otros.

Estilo
El verdadero genio de Plauto reside en su gran riqueza lingüística, ya que aporta en sus obras desde léxico del latín arcaico hasta neologismos del griego llegando a verdaderas deformaciones que hoy en día podríamos calificar de "surrealistas". Plauto no es un cómico vulgar que se dirige a la plebe, sino un literato culto que recoge y readapta todo un vocabulario con una exquisita destreza utilizando todas las posibilidades musicales que ofrece el latín. Además, demostró una gran riqueza métrica llegando a extraer el ritmo de los metros griegos para adaptarlo al latín.

Reconocimiento
Este autor a lo largo de la historia ha sido valorado de manera muy diferente. Su popularidad comenzó a decaer en época augustea y en el siglo II d.C. ésta revivió sólo en los eruditos.E
n la Edad Media, perdido el conocimiento de su métrica, fue menospreciado; pero fue con el humanismo cuando resurgió con fuerza. Fue traducido e imitado tomándose de él, curiosamente, su aspecto menos original: la trama de sus obras. Pero, con todo, los rasgos de Plauto están presentes en numerosos autores posteriores como Shakespeare.






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