jueves, 29 de abril de 2010

Marguerite Yourcenar: "Fuegos"


En 1935 Marguerite Yourcenar se enamoró frustradamente de su editor y pensó en una obra interpretada por mitos clásicos tan intensa que sólo pudiera comenzar con una declaración de arrepentimiento: "espero que este libro no sea jamás leído".

Yourcenar revela una fuerte concepción del amor y, en ocasiones, escandalosa a través de reflexiones personales que ella misma definió como "cierta noción del amor" y de pasiones más abstractas y menos carnales. "Fuegos" es mil Marguerites, a veces una mujer sumamente enamorada y convencida de la grandeza de sus sentimientos, "¿A dónde huir? Tú llenas el mundo. No puedo huir más que en ti .", a veces más reflexiva y carnal: "Un corazón es tal vez algo sucio. Pertenece a las tablas de la anatomía y al mostrador del carnicero. Yo prefiero tu cuerpo", y a veces más escéptica y divertida, "El alcohol desembriaga. Después de beber unos sorbitos de coñac, ya no pienso en ti".

La calma y la armonía de “Memorias de Adriano” o su fantástica “Opus Nigrum” parecen no ser fruto de la misma mano, la gruesa y suave de Marguerite. Y sin embargo, esta visión breve, de apenas cien páginas, y arrolladora del amor pertenece a la misma mujer extremadamente inteligente, que, educada por su padre, conocía las matemáticas y la cultura clásica desde niña. El amor por el conocimiento llevó a Yourcenar a apasionarse por Grecia. El mismo André Fraigneau, aquel editor admirado del talento de Marguerite que nunca corregía sus textos ("eran impecables", confesó) recuerda que cuando leyó “Píndaro” estaba convencido de que su autora conocía muy bien Grecia. Sin embargo, no era así y por ello, Fraigneau recomendó a aquella chica extremadamente inteligente la visita a uno de sus amigos griegos, André Embiricos, escritor y psicoanalista. En esa primera mitad de los años treinta, aparecerán los dos André, de quienes Marguerite siempre afirmará que fueron dos hombres muy importantes de su vida. A partir de 1932 y hasta el 39 la vida de la escritora se centrará en Grecia, tanto en lo privado, con constantes viajes al país, como en su vida literaria, puesto que trabaja sobre el poeta heleno Constantino Dimaras. Estas influencias le servirán para canalizar su pasión no correspondida en “Fuegos” , pero también estarán presentes en otras obras de aquella época, como los excelentes “Cuentos Orientales” y “Les Songes et les Shorts”. Marguerite revelará que "ese país fue el gran acontecimiento (quizás el único gran acontecimiento) de la historia de la humanidad" y que "ese milagro es el producto de cierta tierra y de cierto cielo; que la pasión, el ardor sensual, la más cálida vitalidad en todas sus formas, explican y alimentan ese milagro y que el equilibrio y que el arte, la historia y la literatura griegas se suelen enseñar mal”. Sin embargo, aunque la influencia del país esté presente en la literatura de Yourcenar, parece que la fascinación no duró tanto como lo previsto. Y más tarde señaló: "Hay cierta concepción clásica de mis libros muy ingenua. Yo deseché muy pronto la fe del carbonero respecto a Grecia".

“Fuegos” puede ser calificada de poesía, aunque la misma Marguerite reconoce que no se trata de un género en el que sobresale. Ella, no obstante, ponía mucha atención a su lírica, como "todos los que no son poetas", observa el mismo Fraigneau.

A pesar de su amor por la razón y de un estilo que refleja pensamientos cuidadosamente estructurados, Marguerite fue romántica y aquella pasión de “Fuegos” que le llevó a escribir sentencias como "No hay nada que temer. He tocado fondo. No puedo caer más bajo que tu corazón" responden al espíritu más oscuro del siglo XIX de Charles Baudelaire. El amor por Fraigneau era una empresa imposible: el editor sentía inclinación por los hombres y, aunque se dejara seducir por alguien de otro sexo, "no hubiese escogido a una mujer que parecía un falso chico", según afirma él mismo, quien añade: "Comprendí que ella soñaba con ser amante de hombres que aman a hombres. Y era tenaz, como lo era con todo. Sé que “ Fuegos” está dedicado a mí, el que yo fuese su editor lo hacía imposible, así que lo dedicó a Hermes para que me trajese el mensaje".

Ya mayor y menos enamorada, tras años de relación con Grace Frick, su compañera sentimental durante gran parte de su vida, Marguerite comentaría años después, cuando sus pasiones juveniles parecían no provocarle tanto sonrojo, que "en estos capítulos no hay una sublimación del amor, sino una oscura percepción de que el amor por una persona determinada, aun siendo tan desgarrador, no suele ser sino un accidente pasajero, menos real en cierto sentido que las predisposiciones y opciones que lo proceden y que sobrevivirán a él. A través de la fogosidad o la desenvoltura de este tipo de confesiones casi públicas, ciertos pasajes de “Fuegos” me parecen contener hoy verdades entrevistas muy pronto, pero que después habrán requerido toda una vida para tratar de hallarlas y autentificarlas. Este baile de máscaras ha sido una de las etapas de una toma de conciencia".

CLITEMNESTRA O EL CRIMEN
La mitología griega ha servido de inspiración a las artes del mundo occidental que abarcan la literatura, la pintura, la escultura y la música entre otras. En ella encontramos a héroes y dioses que poseen las virtudes, las pasiones, las cualidades y defectos de los seres humanos que jamás cambiarán. Es por eso que varias de aquellas obras que se realizaron con posterioridad al período griego que se enmarca en la llamada "antigüedad" en la historia han sido consideradas como clásicas.

En esta ocasión dialogaremos con una obra de la gran escritora contemporánea, Marguerite Yourcenar, extraordinaria literata y profunda investigadora del helenismo. Su nombre recorrió el mundo después de publicar "Memorias de Adriano", una de las obras cumbres del siglo XX que algunos críticos literarios consideran incluso como la mejor obra del siglo pasado. Ese libro como otros de Yourcenar están fuertemente influidos por la cultura griega. A esta intelectual belga también se le debe el mérito de haber traducido los poemas de Constantino Kavafis que hasta entonces permanecía oculto a los ojos del mundo.

Pero vamos a lo nuestro. La obra está basada en un personaje mitológico que de acuerdo a las teorías arqueológicas de Schliemann, pudo haber sido perfectamente real.

El nombre de Clitemnestra nos remonta a los poemas homéricos. Una reina del Peloponeso casada con Agammenón, el gallardo y soberbio general de los griegos o aqueos en el la Guerra de Troya ("La Ilíada") es también prima de Helena, la raptada reina aquea por culpa de la cual se provocó la famosa guerra conocida como troyana. El esposo de Helena, el indulgente rey Menelao es su cuñado ya que es hermano de Agammenón.

En la literatura griega, Clitemnestra, personaje protagónico de varias obras trágicas es una mujer que simboliza la pasión. Ciega de rabia porque su esposo sacrifica a la hija mayor de ambos, Ifigenia, para que los dioses favorecieran a los aqueos en la guerra toma como amante a Egisto, un primo joven de su marido, que por razones familiares, rivaliza con Agammenón. Cuando este último regresa de la guerra tras diez años de ausencia acompañado de su amante, Cassandra, la princesa troyana cautiva, hija del derrotado rey Príamo y conocida por sus dotes de profetisa, Clitemnestra decide vengarse. Con su amante, Egisto, deciden asesinar al recién llegado rey, Agammenón, a pesar de que todavía viven en el palacio micénico los tres hijos de ambos. Ellos son Electra, Crisotemis y Orestes quienes, sin lugar a dudas, se enteran del asesinato de su padre y, en algún momento de la historia, vengarán, sin duda, a su padre.

De acuerdo a las versiones literarias que nos han llegado hasta nuestros días, tanto en " La Odisea" como en las tragedias griegas, Clitemnestra sigue gobernando como reina en Micenas junto a su amante. Sin embargo, el rencor profundo de su hija Electra, quién no perdona a la madre por su indecorosa conducta, por decir lo menos, espera la llegada de su hermano Orestes, quién fue enviado al extranjero después de la muerte de su padre para que éste mate a Clitemnestra y a su amante. De acuerdo a los documentos literarios antiguos de los helenos, Orestes cumplió con los deseos de su hermana al regresar ya adolescente al reino de Micenas. Se supone también que después de un cierto período de tiempo en el que es atormentado por las furias, los dioses del Olimpo se compadecen de su cruel destino y lo perdonan.

Margarite Yourcenar medita y profundiza largamente el personaje de Clitemnestra. Hay un hecho que ocurre en la vida de la reina micénica que no pasa inadvertido a la brillante escritora. ¿porqué la reina asesina y su amante nunca fueron enjuiciados y permanecieron en palacio de algún modo amparados por el silencio del pueblo?


miércoles, 21 de abril de 2010

Marguerite Yourcenar: "Cuentos Orientales" (Parte I)


ERÓTICO

Tú la avispa y yo la rosa;

Tú el mar, yo la escollera;

En la creciente radiosa

Tú el Fénix, yo la hoguera.

Tú el Narciso y yo la fuente,

En mis ojos tú brillando;

Tú el río y yo el puente;

Yo la onda en mí nadando.

Y tú el sol y la sal

Y en los labios el caudal

Del rumor meciendo el juego.

Yo el pájaro y el cielo

Azul cruzando su vuelo,

Como el alma atiza el fuego.

Reseña biográfica:


Poeta, novelista e historiadora belga de origen francés nacida en Bruselas en 1903.
Huérfana de madre desde su nacimiento, fue educada con gran esmero por su padre quien fomentó en ella el interés por la literatura. Publicó la primera colección de poemas en 1921 bajo el título "El jardín de las quimeras" y una segunda colección en 1922 denominada "Los dioses no han muerto".

Viajó a Estados Unidos en 1939 como catedrática de Literatura comparada en el Instituto Sarah Lawrence College de Nueva York, y posteriormente estableció su residencia definitiva en el estado de Maine, obteniendo la nacionalidad norteamericana en 1948. Fue reconocida mundialmente por la publicación de la novela "Las memorias de Adriano" en 1951, fama consolidada con otras novelas entre las que sobresale "Opus Nigrum" en 1968. En 1980 fue galardonada con la Legión de Honor y nombrada miembro de la Academia Francesa.

Falleció en diciembre de 1987.

FUEGOS


Lo mismo ocurre con un perro, con una pantera o con una cigarra. Leda decía: “Ya no soy libre para suicidarme desde que me he comprado un cisne”.

La muerte es un sacramento del que sólo son dignos los más puros: muchos hombres se deshacen,
pero pocos hombres mueren.

No puede construirse una felicidad sino sobre los cimientos de una desesperación. Creo que voy a ponerme a construir.

Que no se acuse a nadie de mi vida.

No soporté bien la felicidad. Falta de costumbre. En tus brazos, lo único que yo podía hacer era morir.

Existe un plan general para el universo. Sólo salimos en los momentos sublimes.

En el avión, cerca de ti, ya no le tengo miedo al peligro. Uno sólo muere cuando está solo.

Existe entre nosotros algo mejor que un amor: una complicidad.
CUENTOS ORIENTALES
Personajes fronterizos, ese tipo de personas extremas o singulares donde la vida expone, desafiante e impúdicamente, el misterio de su esencia y del motor que la mueve. Visionarios, poseídos por lo absoluto, marcados por el encuentro con lo imposible o lo irreversible. Y lo mismo podría decirse de las situaciones que plantea. Es en ellas, y no en las circunstancias más generalizadas, donde el enigma apunta con un dedo invisible, riéndose de las apariencias usuales que, así, pasan a ser un respiro para los humanos, una base aparentemente firme donde acomodarse para no enloquecer y no ser desbordados por lo desconocido. Lo desconocido, la mayor parte de la vida, como la materia oscura en el universo físico que es invisible pero decisiva.


Red de tristeza, vientos mágicos, amor sublime, violencia misteriosa. Paz que integra, inapelablemente, a la libertad. Paz del universo que acoge por igual a humanos, ninfas, seres de difusa naturaleza o espíritus sin nombre. Cabezas cortadas, nereidas, soñadores que transforman la realidad material, nombres tatuados, polvo de siglos sobre pueblos perdidos... Un Oriente en el que caben desde los chinos hasta los griegos y que es materializador como el arte, sugerente y terrible, misterioso y antiguo, poderoso y sencillo pero nada simple. Por el contrario es también un Oriente complicado como un laberinto, contundente y veloz como una golondrina, guardián de secretos y fusiones insólitas. Extraordinario...


En una sola de sus frases, de imágenes poderosas y repletas, introduce en un mundo invocado limpia y completamente. Y la visión abarca todas las perspectivas, como se refleja en la siguiente cita que puede servir de ejemplo: “Los dioses se sorprendían al hallar en los humanos aquella imaginación infinita del mal”
1. “Cómo se salvó Wang-Fô” habla de un viejo pintor y su discípulo, nómadas y pobres. Su imaginación, delicadeza y sensibilidad manaban de lo auténtico. Quizá por eso queriendo pintar a una princesa de antaño: “Ninguna mujer le parecía lo bastante irreal para servirle de modelo, pero Ling (su discípulo) podía serlo puesto que no era una mujer”. En realidad este cuento habla del poder misterioso y potente de lo creativo como materializador de realidades. Y también de su fascinación bajo la que caen algunos, en este caso su discípulo que al poco de conocer al pintor, y cuando aún no son nómadas, empieza a preferir los retratos de su mujer a su mujer misma, haciendo que ésta se vaya marchitando hasta acabar suicidándose. Está lleno de detalles fuertemente evocadores, como por ejemplo la fama que tiene el viejo pintor de dar vida a sus pinturas con un último toque de color en los ojos... También imágenes que contienen toda la fuerza de los arquetipos como: “órdenes definitivas y terribles como la sabiduría de los antepasados”. Finalmente cómo el pintor acaba salvándose de la muerte gracias al poder transformador del mundo de una de sus pinturas.
2. En “La sonrisa de Marko” a partir de su última frase: “le faltó a la Iliada una sonrisa de Aquiles”, cuenta la historia de un héroe griego que hechizaba a las olas y a las mujeres. Bajo tortura se finje muerto y sólo da señales de vida para sonreír a una bailarina que gira en torno a su supuesto cadáver. Su presencia es lo único que él no puede pasar por alto. Para hablar del cielo de oriente aparece la frase: el orgullo desnudo del cielo”.

3. “La leche de la muerte” habla del mítico poder de la sombra. Tanto que si por casualidad se empareda a la de cualquier obrero que construye dentro de un muro, éste morirá sin alma “como un desventurado que padece penas de amores”. Cuento terrible y trágico con situaciones escalofriantes como una madre emparedada dando de mamar a su hijo a través de una única abertura, o una mendiga que trata de cegar a su hijo para conmover y obtener más dinero.

ESTA HISTORIA CONTINUARÁ...

Ver videos: http://www.youtube.com/watch?v=QfhCV0TIHSc
http://www.youtube.com/watch?v=Rytyb0YRe4s

viernes, 16 de abril de 2010

La Generación del 27: Pedro Salinas, Jorge Guillén y Federico García Lorca


1. Introducción: Las vanguardias en España

Cuando los poetas del 27 despliegan su labor poética, en su entorno se han desarrollado o están a punto de desarrollarse una serie de movimientos de vanguardia ―también llamados “ismos”―, que se sucedieron a un ritmo vertiginoso: Futurismo, Cubismo, Dadaísmo, Surrealismo, Ultraísmo y Creacionismo. Todos ellos entendían que el arte burgués ―el de siempre― era algo caduco. Por ello, persiguen un arte nuevo que se aleje de la imitación de la realidad, que huya de lo muy literario o agradablemente artístico y que deje rienda suelta a la creatividad del genio, aun a riesgo de caer en lo irracional.

De todos ellos, tres serán los que más influyan en los poetas de la generación del 27: el Futurismo y su exaltación de la civilización mecánica y técnica aparecerá en Pedro Salinas (Seguro azar, Fábula y signo), quien dedicará un poema a una máquina de escribir (“Underwood girls”) y otro a la luz eléctrica (“35 bujías”), y en Rafael Alberti, quien escribirá un poema cuyo sujeto central es un portero de fútbol, llamado Platko. También el Creacionismo ―ese movimiento que busca una representación tan novedosa de la realidad que el lector tenga la impresión de estarla contemplando por primera vez― tendrá su poeta en la figura de Gerardo Diego (Manual de espumas). Sin embargo, será el Surrealismo la vanguardia que más influya en la generación del 27 y en la poesía española en general. Por eso conviene detenerse un momento para explicarlo.

Este movimiento supuso un cambio radical en la concepción del papel del arte y del trabajo del artista. Sus principios los expuso André Bretón en su Manifiesto surrealista de 1924. Influido por las doctrinas de Freud y Marx, propugna una LIBERACIÓN TOTAL del hombre: liberación de los impulsos reprimidos en el inconsciente y liberación de la tiranía que sobre el hombre ejerce la sociedad burguesa. De aquí que fuera un movimiento promulgado desde las ideas del psicoanálisis de Freud (liberación individual) y por el pensamiento de Marx (liberación social). Buscaban liberar el poder creador del hombre, tarea para la que la poesía es un instrumento idóneo. Con el fin de registrar los estados de ánimo y los impulsos profundos del artista recurrieron a técnicas como la escritura automática, que consistía en componer textos que no se sometieran a una redacción lógica al ser fruto del fluir azaroso de la mente.

Sin embargo, hay que dejar claro que el Surrealismo español nunca se abandonó totalmente a lo ilógico e irracional, pues detrás de las composiciones surrealistas de Rafael Alberti (Sobre los ángeles) o Lorca (Poeta en Nueva York) se atisba el punto hacia el que se dirigen las intenciones de estos autores.

Antes de centrarnos en el estudio de los poetas del 27 conviene recordar la importancia que en España y en relación con el triunfo de las vanguardias tuvo Ramón Gómez de la Serna. Este autor fue el creador de la greguería, una originalísima fórmula literaria que él definió como “humorismo más metáfora” (“La arquitectura árabe es el agrandamiento de la cerradura”, “La pistola es el grifo de la muerte”) y que adelanta el gusto de las vanguardias por las imágenes atrevidas.

2. El grupo poético del 27

2.1. Introducción

En los años 20 se abre paso una promoción de poetas de excepcionalidad calidad. El nacimiento de estos poetas en fechas cercanas, su amistad, la influencia y el intercambio cultural hicieron que Dámaso Alonso acuñara la expresión "Generación del 27".

La fecha (1927) hace referencia a acontecimientos significativos, como la celebración del tercer centenario de la muerte de Góngora y un acto celebrado en el Ateneo de Sevilla que congregó a la mayoría de los miembros del grupo o la publicación en ese año de libros significativos, tales como Perfil del aire, de Cernuda; Romancero gitano de Lorca o Cántico de Jorge Guillén.

Entre los poetas más destacados del grupo figuran Pedro Salinas. Jorge Guillén, Luis Cernuda, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.

Hay que citar a Juan Ramón Jiménez y a Ortega y Gasset como las dos figuras que ejercieron un magisterio sobre estos poetas. El primero en el plano poético y el segundo como influencia ideológica y teórica.

2.2. Etapas de la generación

―Primera etapa: hasta 1927. Se deja sentir el influjo de las primeras vanguardias. Juan Ramón Jiménez los orienta hacia la “poesía pura ”. La lírica popular ejerció influencia sobre ellos, lo mismo que los clásicos como Góngora.

―Segunda etapa: de 1927 hasta la guerra civil (1936). Se inicia un proceso de rehumanización, que coincide con la irrupción del surrealismo.

―Tercera etapa: Después de la guerra (1939). Lorca ha muerto en 1936. Los demás ―salvo Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego―, parten a un largo exilio. El grupo se ha dispersado.

2.3. Influencias: tradición y vanguardia

Quizás lo más reseñable de este grupo de poetas fuera su capacidad para aunar tradición y vanguardia, lo culto y lo popular.

Así mostraron una honda veneración por las formas populares: el Romancero Viejo y Nuevo, el Cancionero tradicional... Su amor por los clásicos fue inmenso, especialmente por Góngora. Del XIX les llega la influencia de Bécquer, perceptible en el comienzo de todos ellos. También es perceptible la huella de Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna, Antonio Machado y Rubén Darío.

Sin embargo, todo lo anterior no les impidió acercarse a lo mejor de los movimientos de vanguardia: Futurismo, Cubismo, Dadaísmo, Surrealismo, Ultraísmo y Creacionismo.

2.4. Características del grupo

―En lo temático, los grandes asuntos del ser humano ―el destino, la muerte, la naturaleza, el amor, el universo― pueblan las obras de los poetas del 27. El amor se presenta como plenitud del individuo, con un sentido de libertad, aunque a veces conlleve dolor. Por otro lado, los poetas del 27 amaron la ciudad, valoraron el confort, el cine,...; pero también observaron el aspecto negativo del desarrollo urbano.

―En lo estético, se puede apreciar una tendencia al equilibrio, buscando una original síntesis entre:

a) lo intelectual y lo sentimental;

b) entre una concepción cuasi-mística de la poesía y una lucidez rigurosa en la elaboración del poema;

c) la pureza estética y la autenticidad humana;

d) lo minoritario y lo mayoritario ( lo culto y lo popular);

e) lo universal y lo español.

Ver video: http://www.youtube.com/watch?v=BS4NV9OXvkU&feature=related


2.5. PEDRO SALINAS (1891-1951)

Nació en Madrid. Estudió Filosofía y Letras y Derecho. Dedicó su vida a la docencia universitaria (la Sorbona, Sevilla, Cambridge,...).

Además de su labor como docente, promovió la literatura a través de revistas literarias y desarrolló una amplia obra como crítico literario (Ensayos de literatura hispánica y Literatura española: siglo XX).

En 1936 se instaló como profesor en EE UU, país en el que permaneció hasta su muerte.

2.5.1. Temas y estilo

Para Salinas, la poesía representó un modo de acceder a la esencia de las cosas y de las experiencias vitales.
En los versos de Pedro Salinas se observa la presencia de dos temas que aparecen de forma recurrente:

a) El amor: constituye una búsqueda de las realidades esenciales de la existencia, una forma de conocimiento y lo que otorga sentido al vivir.

b) El afán de absoluto, de comprensión y conocimiento: supone la búsqueda de lo permanente en el tiempo y en el espacio, así como la integración entre el yo y el mundo.

En su obra aparecen otros motivos: la vida como sueño o aspiración trascendente, la soledad, la monotonía, la realidad con todos sus matices.

La poesía de Pedro Salinas se caracteriza por la contención en la expresión de los sentimientos y por la importancia de la selección léxica.

El procedimiento más habitual es el del contraste, que se manifiesta en oposiciones (verbales, pronominales, léxicas). También es importante el recurso del diálogo (por ejemplo, en La voz a ti debida, entre el yo del amante y el tú de la amada). El ritmo se consigue a través del empleo de paralelismos, de bimembraciones y de otros recursos de repetición. Dentro de la variedad de estructuras métricas utilizadas, se observa una preferencia por el verso corto, sobre todo, el octosílabo, solo o combinado con otros metros.

2.5.2. Etapas

En la producción poética de Salinas se distinguen tres etapas:

Primera etapa. En los textos escritos durante estos años se percibe la influencia de la poesía pura, del Creacionismo y del Futurismo, sobre todo en la selección de ciertos temas (poemas dedicados a un automóvil, a la máquina de escribir, a la bombilla... ), aunque también están presentes asuntos como el amor y la búsqueda de lo que está más allá de la realidad, de lo desconocido. Corresponden a este período Presagios (1923), Seguro azar (1929) y Fábula y signo (1931).

Segunda etapa. Abarca la trilogía amorosa La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936) y Largo lamento (1939). Estas obras, conforman una especie de cancionero amoroso: en La voz a ti debida, el amante canta a la amada, a sus cualidades, y gracias a ella (recuérdese el título), también a la realidad que la rodea, iluminada por el amor; Razón de amor celebra el sentimiento amoroso, que por otra parte se ve condenado a desaparecer; Largo lamento expresa el dolor por la separación inevitable de la amada, ante la que solo cabe la resignación, la serenidad y el agradecimiento por lo vivido.

Tercera etapa. Desarrollada en el exilio, incluye El contemplado (1946), diálogo con el mar de Puerto Rico; Todo más claro (1949), en el que aborda la creación a través de la palabra y la reflexión angustiosa ante lo que ve (la cultura del consumo, los avances científicos que propician la destrucción... ), y Confianza (1955), libro póstumo de tono esperanzado, que defiende la salvación por medio de la contemplación y el análisis de la vida.
Ver video: http://www.youtube.com/watch?v=FoS045PCYls&feature=fvst


2.6. JORGE GUILLÉN

Jorge Guillén nació en Valladolid, en 1893. Fue Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Murcia y en la de Sevilla. En 1938 comienza un exilio voluntario, que le lleva a Norteamérica. El retorno definitivo a España se produce en 1977, año en que recibió el Premio Cervantes. Los últimos años de su vida los pasó en Málaga, en donde murió en 1984, a los 91 años.


La producción poética de Jorge Guillén está distribuida en cinco series: Cántico, Clamor, Homenaje, Y otros poemas, Final, todos ellos antalogados en Aire Nuestro.

Cántico es una entusiasta exaltación de la perfección del Universo -"el mundo está bien hecho", dice Guillén-, una exclamación gozosa ante el maravilloso espectáculo de la realidad terrestre. (Léase, desde esta perspectiva, el poema titulado "Las doce en el reloj" y la décima "Perfección").

Y si Cántico se subtitula Fe de vida, Clamor -compuesto por Maremagnum (1957), Que van a dar en la mar (1960) y A la altura de las circunstancias (1963)- lleva por subtítulo Tiempo de historia. Los poemas de esta obra son un grito de protesta ante las dolorosas realidades de su tiempo: guerras, dictaduras, injusticias, negocio, tiranía, muerte, explotación, etc. "El mundo del hombre está mal hecho", dice ahora Guillén.

Sin embargo, las ''discordancias" del mundo de los últimos años no hacen abdicar al poeta de su inicial postura de fe en el hombre y en la vida. A Cántico y a Clamor añade Guillén un tercer titulo: Homenaje -Reunión de vidas- (1967), conjunto de poemas dedicados a diversas figuras de la Historia, de las Artes y de las Letras. Y tras las dos ediciones de Y otros poemas (Buenos Aires, 1973; Barcelona, 1979), la obra completa de Guillén se cierra, definitivamente, con Final (Barcelona, 1981). 
Para una visión global de su poesía, leamos algunas de sus palabras:


"No hay más poesía que la realizada en el poema, y de ningún modo puede oponerse al poema un estado inefable que se corrompe al realizarse y que por milagro atraviesa el cuerpo poemático. Poesía pura es matemática y es química —y nada más—. Poesía pura es todo lo que permanece en el poema después de haber eliminado todo lo que no es poesía. Pura es igual a simple, químicamente. Lo cual implica una definición esencial. Cabe la fabricación -la creación- de un poema compuesto únicamente de elementos poéticos en todo el rigor del análisis: poesía poética, poesía pura —poesía simple prefiero yo—. Como a lo puro lo llamo simple, me decido resueltamente por la poesía compuesta, compleja, por el poema con poesía y otras cosas humanas. En suma, una poesía bastante pura, si se toma como unidad de comparación el elemento en todo su inhumano o sobrehumano rigor posible, teórico. Prácticamente, con referencia a la poesía realista, o con fines sentimentales, ideológicos, morales, corriente en el mercado, esta poesía bastante pura resulta todavía, ¡ay!, demasiado inhumana, demasiado irrespirable y demasiado aburrida".

La lengua poética de Guillén se caracteriza por su extraordinaria concisión. Atento sólo a lo esencial, elimina, por innecesarios, elementos decorativos —música, color...—, y hace gala de una extremada economía expresiva, de forma que su poesía, convertida en pura emoción lírica, adquiere tal densidad, que su lectura resulta difícil en no pocas ocasiones.
Ver video: http://www.youtube.com/watch?v=YzYklAoszIw

2.7. FEDERICO GARCÍA LORCA

Federico Garcia Lorca nació en el Municipio de Fuente Vaqueros, (Granada), España, el 5 de junio de 1898; su padre fue Don Federico García Rodríguez, un hacendado, y su madre, Doña Vicenta Lorca, maestra de escuela que fomentó el gusto literario a su hijo.Hijo mayor de cuatro hermanos: Francisco, Concha e Isabel.


Desde la edad de 2 años, según uno de sus biógrafos Edwin Honig, Federico García Lorca mostró su habilidad para aprender canciones populares y a muy tierna edad escenificaba en miniatura oficios religiosos.

Pasó unos meses en Almería, donde comienza sus estudios de bachillerato. Primeros estudios de música, en 1908.

En 1909 se traslada con su familia a vivir a Granada. Entre 1915-1917 Hizo estudios de Filosofía y Letras y de Derecho en la Universidad de Granada. Desertó de la Escuela de Derecho de Granada para instalarse en la Residencia de Estudiantes de Madrid (1918 - 1928); eventualmente regresó a la Universidad de Granada donde sin dificultades se graduó como abogado.

La ubicación, las costumbres, el folklore de Granada, quedaron impresas en toda su obra poética, donde los romanceros y la épica se funden de manera perceptible. Además de su madre, Don Fernado de los Ríos estimuló el talento del entonces pianista en favor de la poesía; así, en 1917 escribió su primer artículo sobre José Zorrilla, en su aniversario.

La Generación de Lorca es la del 98, con una rica vida intelectual donde los nombres de Francisco Ginér de los Ríos, Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno, y poco después Madariaga y José Ortega y Gasset imprimían el sello distintivo de una rebelión contra la realidad de España.

Influyeron, además, en la sensibilidad del poeta en formación Lope de Vega, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Manuel Machado, Ramón del Valle-Inclán, Azorín e, incluso, "El cancionero popular".

En 1918 publicó su primer libro "Impresiones y paisajes", costeado por su padre. En 1920 se estrenó en teatro su obra "El maleficio de la mariposa", en 1921 se publicó "Libro de poemas" y en 1923, se pusieron en escena las comedias de títeres "La niña que riega la Albahaca y el príncipe preguntón". En 1927 en Barcelona expuso su primera muestra pictórica.

En esta época frecuenta activamente a los poetas de su generación que permanecen en España: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, y sobre todo Buñuel y Dalí, a quien después le tributó "Oda a Salvador Dalí". El pintor por su parte pintó los decorados de la primera comedia del granadino "Mariana Pineda".

En 1928 publicó la revista literaria "Gallo", de la cual salieron solamente dos números.

En 1929 marcha a Nueva York. En ese entonces además de sus obras , se publició sus libros "Canciones" (1927) y el "Primer romancero gitano" (1928), siempre su obra poética más popular y más accesible. A Lorca le molestaba mucho el que el público le viera como "gitano".

De su viaje y estancia en Nueva York surge libro "Poeta en Nueva York", fue una época feliz para el éxitoso y bohemio español. En 1930 fue a la Habana, donde escribió parte de sus obras "Así pasen cinco años" y "El público", ese año regresó a España donde fue recibido en Madrid con la noticia de que su farsa popular "La zapatera prodigiosa se estaba escenificando.

En 1931 se instaura la II República y esta nombró a Don Fernando de los Ríos como Ministro de Instrucción Pública, quien a su vez nombró a Lorca codirector de la compañía estatal de teatro "La barraca" donde disfrutó de todos los recursos para producir, dirigir, escribir, adaptar todo tipo de obras teatrales, escribió en este período "Bodas de Sangre", "Yerma" y "Doña Rosita la soltera".

En 1933 viajó a Argentina como director de teatro con lo cual elevó la atención a esta rama del arte pues a manera de ejemplo su puesta de "La dama boba" de Lope de Vega atrajo a más de sesenta mil personas, entre este año y 1936 escribió "Diván de Tamarit", "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías" que conmovió al mundo hispano, La casa de Bernarda Alba y trabajaba en La destrucción de Sodoma. Cuando estalló el alzamiento de Franco en Africa, rehusó el exilio ofrecido por Colombia y México, cuyos embajadores previeron que el poeta pudiera ser víctima de un atentado debido a su función de funcionario de la República, pero Lorca rechazó las ofertas y se dirigió a su casa en Granada para pasar el verano.

Nunca se afilió a ninguna delas fracciones políticas y jamás descriminó o se distanció de ninguno de sus amigos, por ninguna cuestión política, se sentía, como él lo dijo en una entrevista al Sol de Madrid poco antes de su asesinato: integramente español.

Posiblemente en la madrugada del 19 de agosto de 1936 (aunque la fecha no se ha podido precisar), Federico García Lorca fue asesinado en el camino que va de Víznar a Alfacar. Había sido detenido unos días antes en la casa de su amigo, el también poeta Luis Rosales, quien obtuvo la promesa de "las autoridades" nacionalistas que sería puesto en libertad "si no existía denuncia en su contra". La orden de ejecución fue dada por el gobernador civil de Granada, José Valdés Guzmán, quien había ordenado al ex diputado de la CEDA, Ramón Ruiz Alonso, la detención del poeta. Valdés contaba con el visto bueno del general Queipo de Llano a quien se consultó sobre qué hacer con Lorca.

Después de su muerte se publicaron "Primeras canciones", "Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín" y "Odas y Suites".

Las obras de Lorca: Se definen por un palpable sistematismo: la poesía, el drama, la prosa se alimentan de obsesiones y claves estilísticas constantes. La variedad de formas y tonalidades nunca atenta contra esa unidad cuya cuestión central es la frustración.

Su estilo: Lorca utiliza frecuentemente símbolos en su poesía. Se refieren muy frecuentemente a la muerte aunque dependiendo del contexto los matices varían bastante, puede simbolizar el erotismo, la fecundidad, la esterilidad o la belleza. Otros símbolos centrales en Lorca son:

1. La luna.

2. El agua: generalmente, tiene un significado negativo, de muerte.

3. La sangre: es vida; por ello, la sangre derramada es la muerte. Simboliza también lo fecundo, lo sexual.

4. El caballo (y su jinete): está muy presente en toda su obra portando siempre valores de muerte.

5. Las hierbas: su valor dominantes, aunque no único, es el de ser símbolos de la muerte.

6. Los metales: también su valor dominante es la muerte. Los metales aparecen bajo la forma de diversos objetos: puñales, cuchillos, navajas..., con lo que esa muerte se liga a la violencia y a la sangre.

La metáfora de Garcia Lorca: Bajo la influencia de Góngora, Lorca maneja metáforas muy arriesgadas: la distancia entre el término real y el imaginario es considerable. En ocasiones, usa directamente la metáfora pura. Sin embargo, a diferencia de Góngora, Lorca es un poeta conceptista, en el sentido que su poesía se caracteriza por una gran condensación expresiva y de contenidos, además de frecuentes elipsis.

El neopopularismo: Su obra está plagada de elementos tradicionales, que demuestran su inmensa cultura literaria. La música y los cantos tradicionales son presencias constantes en su poesía. Profundiza en las constantes del espíritu tradicional de su tierra y de la gente: el desgarro amoroso, la valentía, la melancolía, la pasión...Tales características se muestran en obras como :

Impresiones y paisajes (1918)

Libro de poemas (1921)

Oda a Salvador Dalí (1926)

Romancero gitano (1928)

Poeta en Nueva York (1930)

Poema del cante jondo (1931)

Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935)

Diván del Tamarit (1936)

Sonetos del amor oscuro (1936)

Ver video: http://www.youtube.com/watch?v=Eh8Hkd3LaWQ&feature=related

sábado, 10 de abril de 2010

Josefina Vicens: "El libro vacío"

Empecemos por algunas frases, de esas que nos sacuden como lectores amantes del arte de la escritura:

•"Después de escrita una cosa, o hasta cuando la estoy escribiendo, se empieza a transformar y me va dejando desnudo".

•"Si el libro no tiene eso, inefable, milagroso, que hace que una palabra común, oída mil veces, sorprenda y golpee; si cada página puede pasarse sin que la mano tiemble un poco ... ¿qué es un libro?"

•"¿Por qué este dolor desajustado? ¿Por qué un libro no puede tener la misma alta medida que la necesidad de escribirlo?"

•"Yo pretento escribir algo que interese a todos. ¿Cómo diría? No usar la voz íntima, sino el gran rumor"

•"Secarse por uno mismo es carecer del elemento que humedece y conserva la frescura. Y secarse por uno mismo es hacer desaparecer voluntariamente ese elemento, extraerlo de uno para provocar la resequedad".

•"¿Cómo harán los que escriben? ¿Cómo lograrán que sus palabras los obedezcan? Las mías van por donde quieren, por donde pueden".

•"Mi mano no termina en los dedos: la vida, la circulación, la sangre se prolongan hasta el punto de mi pluma. En la frente siento un golpe caliente y acompasado. Por todo el cuerpo, desde que me preparo a escribir, se me esparce una alegría urgente. Me pertenezco todo, me uso todo; no hay un átomo de mi que no esté conmigo, sabiendo, sintiendo la inminencia de la primera palabra".

•"Y lo único que honestamente puedo expresar es que lo que quisiera escribir, o ya está escrito en los libros que me conmueven o será escrito por otros hombres en unos cuadernos que no se parecerán en nada a los míos".

•"Mis cuadernos. Tan tristemente llenos, éste de impotencia y el otro de blanca e inútil espera. De la espera más dificil, de la más dolorosa: la de uno mismo. Si algo escribiera en él, sería la confesión de que yo también me estoy esperando desde hace mucho tiempo, y no he llegado".

•"Un hombre no puede quedarse siempre en el primer peldaño"

•"Lánzate a tu vida desnudo, inexperto, inocente. Y sal de ella maltrecho o victorioso. Eso, al fin y al cabo, es igual. Lo importante es la pasión que hayas puesto en vivirla".

•"Así, deseando que pase el tiempo para que pasen también los problemas diarios que nos agobian, nos encontramos un día con que ha pasado nuestro tiempo y que al margen han quedado, intactos, sin edad, nuestra bohardilla en París, nuestro libro famoso, nuestro barco en plena tempestad, nuestra proeza en el campo de batalla... nuestro nombre".

•"Si encontrara una primera frase, fuerte, precisa, impresionante, tal vez la segunda sería más fácil y la tercera vendría por sí misma".

•"El verdadero problema está en el arranque, en el punto de partida... tengo que encontrar esa primera frase. Tengo que encontrarla".

Sigamos...

La vida de Josefina Vicens es en muchas de sus facetas un misterio. De inicio, no queda claro si nació en 1911 ó 1915. En lo que concuerdan los que se han acercado a su biografía, es en que fue un 23 de noviembre el día en que nació la escritora, en Villahermosa, Tabasco.


Según la investigadora literaria Rosa Domenella (UAM), quien ha dedicado mucho de su tiempo a la obra y la vida de Vicens, “Josefina resultó la única rebelde en una familia de cinco mujeres y siempre fue la preocupación de sus padres, desde sus campeonatos de balero, su pasión por la fiesta brava y su trabajo ejidal. ‘Ay, mi hijita, tú acabarás en la cárcel’, repetían sus padres, según cuenta [la misma Vicens] en una entrevista realizada por Gabriela Cano y Verena Radkau para su volumen de historias de vida femeninas, titulado Ganando espacios”.

Josefina Vicens y su familia viajaron a la ciudad de México en 1919. Sobre la vida académica de la escritora, se cuenta que estudió filosofía y letras, así como historia, en la UNAM; aunque otros aseguran que nunca hizo estudios universitarios formales, sino que después de la primaria, cursó una corta carrera de comercio de dos años, aunque ella terminó en sólo uno. No obstante, lo que destacan quienes la conocieron, es el carácter autodidacta de sus estudios y la voracidad de sus lecturas.

Josefina Vicens empezó a trabajar demasiado joven: su primer trabajo lo consiguió a los 14 años en una empresa de transporte e, inmediatamente después, ingresó al ejercicio gubernamental como secretaria particular del Jefe del Departamento de DF. Debido a su diligencia, no tardó en colocarse en diferentes puestos políticos, llegando a ser Secretaria de Acción Femenil en la Confederación Nacional Campesina durante el gobierno de Lázaro Cárdenas.

Con el tiempo, la narradora llegó a formar parte de la sección ejecutiva del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica y, en los años setenta, fue presidenta de la Comisión de Premiación de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas.

Cuenta Alejandro Toledo, escritor mexicano y también estudioso de la obra de Vicens: “Desde su primer contacto con la industria fílmica mexicana, Josefina Vicens, a quienes ya entonces sus amigos se dirigen con el entrañable apodo de ‘La Peque’ [por su pequeña figura], se va familiarizando con las técnicas y el lenguaje cinematográfico, En 1948, a los 37 años de edad, escribe un primer guión que no llegó a filmarse: Aviso de ocasión”.

Con el tiempo fue aumentando su labor como guionista: el número total de sus guiones o argumentos para cine, teatro o televisión llega a la centena y quizá el más conocido sea el de Las señoritas Vivanco (1959). Sin embargo, Vicens confesó alguna vez no estar muy orgullosa de estos trabajos; si acaso, se sentía satisfecha por su labor en Renuncia por motivos de salud (1975), por el cual se le otorgó el Premio Ariel de la industria fílmica mexicana, y Los perros de Dios (1979), guión de largometraje que, además de darle otro Ariel, fue merecedor del primer lugar en el concurso de guiones de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem). Vicens llegó también a ser Presidenta de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de México.

Otra de sus facetas importantes es la de periodista. En este rubro, editó su propia revista, Torerías, y escribió crónicas taurinas bajo el seudónimo de Pepe Faroles. Curiosamente, en sus artículos políticos firmaba como Diógenes García, acerca de lo cual dice Aline Petterson, quien fuera su alumna y muy cercana amiga: “Quizá la actividad vedada por entonces a la mujer mexicana le obligó a firmar con seudónimos varoniles”.

Tal como Juan Rulfo, Vicens sólo publicó dos libros: El libro vacío (1958) y Los años falsos (1983); libros, sobre todo el primero, de gran trascendencia en las letras mexicanas.

Por El libro vacío se le dio el Premio Xavier Villaurrutia el mismo año de su publicación, siendo la primera mujer en ganar este reconocimiento, a tres años de haberse creado el galardón –los primeros en obtenerlo fueron Juan Rulfo, en 1956, por Pedro Páramo y Octavio Paz, en 1957, por El arco y la lira–. Los años falsos, por su parte, se hizo merecedor del Premio Juchimán de Plata de la Universidad de Tabasco, en 1982.

Josefina Vicens murió el 22 de noviembre de 1988, un día antes de cumplir 77 años. En la actualidad, en honor a la escritora, el Gobierno del Estado de Tabasco ha creado el Premio Regional de Novela Breve Josefina Vicens. Recientemente, se presentó el libro de ensayos Un vacío siempre lleno, sobre la obra de Vicens –editado por Maricruz Castro Ricalde y Aline Petterson–. En esta publicación se añadió, aparte de algunos poemas inéditos, un cuento que nunca apareció en libro, titulado “Pepita”, escrito a partir de una pintura de Juan Soriano. En 2006, el FCE publicó las dos novelas de Josefina Vicens en un solo tomo, en donde se conservó para la cubierta, el grabado que realizó José Luis Cuevas –quien fuera amigo de Vicens– para la primera edición de Los años falsos.

El libro vacío

Es El libro vacío una novela aún no suficientemente valorada pero que sigue destacándose por su manufactura y sobreviviendo al paso de los años. Este texto es considerado por muchos como una novela meta-literaria y clasificada por otros como una muestra de la nouveau roman o antinovela, que surge como movimiento literario en Francia en la década de los 50.

Se trata de un texto en donde el protagonista, José García –algunos mencionan la combinación de los seudónimos periodísticos de Vicens para la elección del nombre: Pepe Faroles y Diógenes García–, sufre desesperadamente por su imposibilidad de crear una novela. Y esta imposibilidad de la escritura, ésta su agonía diaria, se nos relata en forma de un diario siempre a punto de ser negado u olvidado, pero que el protagonista sigue escribiendo, porque confiesa en su delirio: “No puedo dejar de escribir”.

José García está casado, tiene dos hijos, según sus propias palabras es un contador mediocre y su vida le parece un fracaso. En su profunda soledad, se hace de dos cuadernos; al primero le dedica lo que podemos leer en El libro vacío y en el segundo desarrollará, cuando le quede claro lo que quiere decir, el verdadero relato que trascienda su gris cotidianidad, lo que nunca ocurre. Entonces, lo que leemos es el tormento que le produce al protagonista esa imposibilidad creativa.

Su necesidad de escribir proviene, según narra el mismo José García, de su intención de encontrar el arte y expresar mediante la creación literaria “algo”, ya que está convencido, de que “el hombre no posee más que aquello que inventa”. También escribe: “Sólo cuando abro mi cuaderno y tomo la pluma, vuelve a aparecer esa angustiosa atracción que se experimenta al borde de un profundo abismo”. Eso podría resumir la novela: se trata de un testimonio profundo desde el abismo, no sólo artístico, sino también humano.

Por lo anterior, es posible interpretar que ese vacío no sólo corresponde a la imposibilidad de la escritura en ese cuaderno de hojas totalmente blancas, sino también a la conciencia del protagonista, que avizora su novela como salvación y trascendencia y que, sin embargo, siempre hurga solamente en su soledad.

De esta manera, José García, a sus 56 años, entre narraciones de algunos sucesos de trabajo y de una infidelidad suya, junto a sus reflexiones sobre el arte y el artista, y su gran necesidad de comunicarse, desemboca siempre en la desesperación y la amargura de lo “no-escrito”. Pese a todo, hay momentos de reconocimiento: “Pero yo sé, yo únicamente, que ese vacío está lleno de mí”; de ahí que al final de la novela, en un estilo más sobrio y menos desesperanzador –sin que esto indique linealidad en el relato–, el “fallido” novelista vaya comprendiendo, a través de sus propias palabras, conceptos tales como el paso del tiempo o la experiencia: “Nada es fijo ni permanece inmóvil en el trémulo corazón del hombre”.

La recepción de El libro vacío.

La novela de Josefina Vicens fue bien recibida desde su publicación. Entre los elogios, merece destacarse una carta de Octavio Paz, que el poeta envío a la escritora desde Europa y que se incluirá, a manera de prólogo, en algunas ediciones. Vale la pena reproducir aquí parte de esa carta:

“Recibí tu libro. Muchas gracias por el envío. Lo acabo de leer. Es magnífico: una verdadera novela. Es admirable que con un tema como el de la "nada" […] hayas podido escribir un libro tan vivo y tierno. [Tus temas] nos muestran la conciencia del hombre y sus límites, sus últimas imposibilidades. […] Y aquí deseo anotar una reflexión al vuelo: literatura de gente insignificante —un empleado, un ser cualquiera […], situación de los hombres modernos ante una sociedad que da vueltas en torno a sí misma y que ha perdido la noción de sentido y fin de sus actos: ¿no son estos los rasgos más significativos del pensamiento y el arte de nuestro tiempo? ¿No es esto lo que se llama el ‘espíritu de la época’?”.

Rescatar el sentido de la historia (personal o social, vida íntima o colectiva), enfrentar la creación a la muerte, la ruina, el parloteo y la violencia: ¿no es una de las misiones del artista? Eso es lo que tú has realizado en El libro vacío […], ¿qué es lo que nos dice tu héroe, ese hombre que "nada tiene que decir"? Nos dice: "nada", y esa nada —que es la de todos nosotros— se convierte, por el mero hecho de asumirla, en todo: en una afirmación de la solidaridad y fraternidad de los hombres […]

”Y ahora quiero confiarte algo personal: la imposibilidad de escribir y la necesidad de escribir, el saber que nada se dice aunque se diga todo y la conciencia de que sólo diciendo nada podemos vencer a la nada y afirmar el sentido de la vida […] Ahora que reina en tanto espíritu la discordia y la ira divisoria, es maravilloso descubrir que coincidimos con alguien y que realmente hay afinidades entre los hombres. Creo que los que saben que nada tienen lo tienen todo: la soledad compartida, la fraternidad en el desamparo, la lucha y la búsqueda.

”Gracias de nuevo por El libro vacío, lleno de tantas cosas, tan directo y tan vivo [Septiembre de 1958]”.

Josefina Vicens, quien definía la literatura como “ese angustioso placer con el que nunca se queda uno conforme”, ha sido constantemente, en sus novelas, materia de análisis de diversos escritores o estudiosos de la literatura.

La maestra Elsa Cano dice que se trata de un texto totalmente introspectivo, que “se basa en un recurso: énfasis en no escribir para hacer exactamente lo contrario […] Lo importante es el tiempo interior, el espacio va a dejar de ser interesante [que es uno de los preceptos de la nouveau roman]”.

Por su parte, la escritora Eve Gil comenta: “Josefina Vicens […] plantea en su novela un conflicto central: ¿qué es un escritor? Más específicamente: ¿en qué momento puede el escribiente asumirse ‘escritor’? […] Si nos atenemos a la historia que sirve de fondo a la verdadera protagonista que no es José García sino la escritura […] Lo que hace de El libro vacío una ‘singular aventura’ es el forcejeo entre la vida vulgar y su impulso creador […] Una perfecta definición de ser escritor la da José cuando dice: ‘Es como ser dos. Dos que dan vueltas constantemente, persiguiéndose’.”

Y en general, sobre la obra de Vicens, la escritora Alessandra Luiselli recuerda lo siguiente: "Es una autora precursora en dos sentidos: es una de las primeras voces dentro de la narrativa mexicana en apartarse de la literatura regionalista […] es también una de las primeras mujeres escritoras en apropiarse de una voz masculina para narrar, siempre en primera persona, sus historias. […] Josefina Vicens, quien bajo el personaje José García (El libro vacío) y de Poncho Fernández, (Los años falsos) inaugura los espacios de la bitextualidad narrativa, una zona donde combaten lo femenino y lo masculino en forma tanto argumental como autoral. [Luiselli concluye que], dadas las características verdaderamente precursoras de la narrativa de Josefina Vicens, su novelística merece ser reconsiderada y ubicada en un lugar privilegiado dentro de los estudios de la literatura mexicana contemporánea.

Tras la muerte de la escritora, Octavio Paz expresó: “El libro vacío es un texto heterodoxo dentro de nuestra tradición, una introspección en el alma, en la conciencia del escritor''.

En la actualidad, Josefina Vicens es considerada por algunos lectores como una escritora de culto, pues su obra, además de marginal, es única en el desarrollo de la novela mexicana –pionera en su momento– y muy actual en sus temas. El libro vacío ha sido traducido al inglés y al francés.

Por último, la ya mencionada Aline Petterson, expresa: “Josefina Vicens inauguró en nuestro país, con su primer libro, una nueva manera de narrar […]El libro vacío está siempre a punto de ser llenado de nuevo por el lector que lo abra”.