viernes, 8 de julio de 2011

TRISTÁN E ISOLDA: EL MITO Y EL ARQUETIPO

 


I. INTRODUCCIÓN
Creo sinceramente que la mejor respuesta
a este crítico problema deberá llegar
desde los hallazgos de la psicología,
y específicamente de aquéllos descubrimientos
que tengan que ver con la fuente de la naturaleza y el mito.
Joseph Campbell. Los mitos.

L a leyenda de Tristán e Isolda es de origen celta, una cultura —que procedente del suroeste de Alemania, donde permaneció arraigada hasta el segundo milenio a.C. —, se extendió, primero en pequeñas avanzadas, hacia las Islas Británicas (1800-1600 a.C) y posteriormente en forma franca hasta la Galia e Iberia (1200-800 a.C.). Esta civilización tuvo su momento de apogeo durante los siglos vi-i a.C. y fue en este período en que se lanzó a Gran Bretaña. Su dispersión y métodos de conquista no planificados, llevó a los celtas una pronta decadencia en el siglo ii, aunque su cultura permaneció sin diluirse hasta la Edad Media en Irlanda y norte de Escocia, lugares a los que el Imperio Romano no había propagado su poder.

Una de las fuentes indica como probable el que en las zonas celtas de las Islas Británicas se habría originado una leyenda en torno al rey de Irlanda Drystan, que reinó entre 780-785 d.C, adaptada y divulgada por cuentistas bretones y enriquecida con las aventuras juveniles del héroe. Posteriormente se unificaron con elementos provenientes de la tradición musulmana y los relatos orientales, transformando la primitiva leyenda celta.

Otra de las fuentes atribuye el origen de algunos episodios a una leyenda, la de los Fianna, que poseía un grandioso cuento sobre un triángulo amoroso entre Finn, Griani su desposada y Diarmaid, su sobrino.

La historia, en primer lugar, fue transmitida oralmente por la trovadoresca, una lírica amorosa con su teoría del amor cortés, que asimiló influencias orientales y árabes. Los trovadores eran clérigos dedicados al menester literario, poseedores de una lengua latina docta y desligados de su oficio eclesiástico, difundían el patrimonio cultural entre la clase noble.

Respecto a la tradición escrita, los textos anglo-normandos más antiguos datan del siglo xii: Tristrem de Thomas, al que le sigue el Tristán del normando Béroul, y en el siglo xiii Sir Tristrem, novela en verso que Walter Scott atribuye a Thomas of Ercildoune, llamado The Rhymer. Las versiones alemanas son las de Eilhart von Oberg, proveniente de una traducción escrita hacia 1170 de un original perdido, y la de Gottfried de Estrasburgo compuesta a principio del siglo xii sobre la versión de Thomas.

"Según el historiador Geroges Duby en El amor en la Edad Media y otros ensayos, existe un modelo esquemático que corresponde al amor cortés o fine amour. En este esquema un hombre "joven" —sin esposa y cuya formación no ha concluido— asedia a una mujer casada y, en consecuencia, inaccesible, protegida por un tipo de sociedad, que consideraba el adulterio de la esposa como la peor de las subversiones, amenazado con terribles castigos.

El amor fino, practicado en diferentes espacios de la corte, era considerado como algo exclusivo de los cortesanos." (1)

La leyenda de Tristán e Isolda es una de las más importantes creaciones poéticas y espirituales. No es sólo el testimonio de una época, ni el de un romance del amor cortés, es el testimonio de un amor-pasión mas fuerte que las leyes, que la moral, y que la vida misma y sus personajes representan un interrogante en cuanto a su naturaleza mítica y arquetípica. Pero, ¿qué son realmente los mitos y los arquetipos?

Dice Manuel Angel Vázquez Medel en su artículo "El mito de Prometeo: Fundación y quiebra de lo humano" publicado en la Universidad de Sevilla: "El mito, semióticamente, constituye un tipo de discurso fundamentador (a veces etiológico) que se caracteriza no sólo por sus dimensiones sintáctica y semántica sino, sobre todo, por su dimensión pragmática. Para que funcione con eficacia requiere un pacto fiduciario entre narrador y receptor. El pensamiento mítico es un espacio privilegiado de reflexión. Un depósito de experiencias humanas, de pasiones y conflictos no sólo en clave racional (aunque no están del todo desprovistos de una ratio interna) sino, sobre todo, en clave emocional, vivencial (…)Volver la mirada al espacio mítico y preguntarnos cómo se registra en él la experiencia de la humanidad, cómo se funda y cómo se ve amenazado lo humano, es también volver no a un momento precario e infantil de la experiencia del hombre (in genere), sino, muy al contrario, a una experiencia más inmediata (en el sentido de menos mediada), más pura, más viva (…)Tal vez las grandes verdades del pensamiento griego hayan tenido a la postre mejor fortuna en el marco de la civilización occidental. Desintegrado el espacio vital que regía su vivencia y sus interpretaciones, el espacio mítico ha podido ser fuente constante de reflexión abierta y de reinterpretaciones. Liberados de su doxa (que también existió en su momento) y de instituciones preservadoras y transmisoras de un significado y un sentido únicos, los grandes mitos grecolatinos recorren toda la espina dorsal de la experiencia de la cultura occidental."

Para Carl Gustav Jung los arquetipos son formas o imágenes que integran el inconsciente colectivo, patrimonio de toda la humanidad, constitutivos del mito y que al mismo tiempo son productos autóctonos e individuales de origen inconsciente. Para Nietzsche, en nuestros años atravesamos el pensamiento de toda la humanidad primaria. De la misma manera en que el hombre razona en sus sueños razonaba en su etapa primera hace miles de años… El sueño nos retrotrae a las etapas primitivas de la cultura humana y nos da un medio para entenderlas mejor. Si bien los arquetipos son "seres eternos del sueño", no pertenecen exclusivamente al campo onírico, sino también al inconsciente colectivo, y particularmente al de los pueblos, y se encuentran en condiciones más desarrolladas en cuentos populares, mitos y leyendas.

Así pues, estos dos conceptos profundamente entrelazados, arraigados y perfectamente esquematizados son el eje central de este proyecto, que pretende dar respuesta a un interrogante surgido de la lectura de la leyenda, esencial para la labor creativa de un escritor - guionista: ¿Hay mitos y arquetipos en Tristan e Isolda?
Para responder la pregunta formulada se utilizarán las versiones de la leyenda de Tristán e Isolda de Joseph Bédier (2), Alicia Yllera (3) y la traducción de Ernesto de la Guardia (4) de la obra de Richar Wagner..
Como material bibliográfico además de las fuentes mencionadas, se apelará a los siguientes títulos: Los mitos (5), Psicología y alquimia (6), Opera Omnia (7), Los Extraños (8), La rama dorada (9), Diccionario de psicoanálisis (10), Diccionario ideológico de la lengua española (11), Pequeño Larousse ilustrado (12), Sociología de la religión (13).

Características: Según la acepción griega, el héroe era un hombre divinizado que llega para restaurar el orden quebrantado por la fuerzas del mal. Su nombre, para algunos escritores antiguos, se relaciona con la diosa Hera esposa de Zeus con quien tuvo un hijo; diosa suprema del cielo deseosa que su hijo tuviera la misma fama que ella en la tierra, lo bautiza con el nombre de Héroe. En adelante, en todas partes todos los hombres ilustres por sus acciones reciben el nombre de "héroes": Gilgamesh, Aquiles, Hércules, Perseo, Teseo, Odiseo y Belerofonte, entre otros. Está definido también como el que se distingue por sus actividades extraordinarias o su grandeza de ánimo y, en sentido figurativo, es el personaje principal de una obra literaria y de una aventura.

Los héroes tienen, por lo general, padres ilustres o adinerados y una profecía que los condena. En algún punto del mito encontramos siempre los primitivos deseos de rebelión contra el padre que, mediante un mecanismo de proyección que se invierte —según explica la psicología— pretenden que fue el padre el que en algún momento quiso desprenderse del hijo.

La idea tradicional de la iniciación se combina con una introducción del candidato a las técnicas, deberes y prerrogativas de su vocación, es por eso que Tristán, según una versión, domina el arte de "Manejar la lanza, la espada, el escudo y el arco, (...) lanzar tejos de piedra y (...) saltar las zanjas más anchas (...) aborrecer la mentira y la felonía (...) socorrer a los débiles (...) mantener la palabra empeñada" (Joseph Bédier).

Asimismo, para la otra de las fuentes, Tristán es capaz de: "…franquear de un salto los más anchos fosos, a manejar la lanza, la espada, el escudo y el arco y a lanzar discos de piedra. También se acostumbró a detestar toda felonía, a socorrer a los débiles y a guardar la palabra dada" (Alicia Yllera).

"… El joven que quiere ingresar en la comunidad de guerreros en calidad de héroe o intervenir en sus danzas mágicas u orgías o que aspira a comunicarse con las divinidades en festines de culto, debía poseer un alma nueva. Son pues, bastante antiguos, el ascetismo mágico y heroico, los ritos de iniciación de los jóvenes." (14)

Del proceso de formación heroico el único elemento que no se cumple en la educación de Tristán es el reajuste radical de sus relaciones emocionales con las imágenes paternas, ya que éste es huérfano siendo Governal, el mistagogo o sustituto del padre, el que lleva a cabo su instrucción como ser justo e impersonal y para quien el ejercicio de sus poderes no habrá de ser interrumpido por motivos inconscientes (o tal vez concientes y racionalizados) de engrandecimiento del yo, de preferencia personal o de resentimiento.

Los héroes también tienen marcas —las marcas del héroe—, que los ayudan a superar los obstáculos sin hacerlos totalmente invulnerables. Pueden ser físicas, como en el caso de Aquiles o psicológicas: la fértil imaginación de Ulises y la piedad religiosa en Eneas. Además, cuentan con la ayuda sobrenatural representada a veces por un poder protector que suele contribuir con amuletos y poderes contra las fuerzas nefastas: El hilo de Ariadna para ayudar a Teseo, la intervención de la maga Medea para favorecer a Jasón y la de Circe a Ulises o, más próxima a nuestros protagonistas, la de Merlín y la espada Excalibur para el rey Arturo y la de la propia Isolda para salvar la vida de Tristán.

Los elementos mágicos atraviesan todo el relato. Sea que se trate —según la definición de Frazier— de magia homeopática (ley de semejanza) como las imágenes de cera en la cueva de Moldagog (versión de Yllera), o de magia contaminante (ley de contacto) como la poción fatal que beben y que los convertirá sin retorno en amantes.

 El llamado a la aventura: Desencadenante del viaje en el caso de Tristán es el consejo de Governal: "Tristán, ya eres un perfecto doncel; sólo una cosa te falta: buscar tierras lejanas y mostrar tu habilidad en cortes extranjeras. Mucho puedes aprender viajando y así conseguir precio y renombre."

El viaje del héroe: El héroe emprende una aventura magnificada en la fórmula ritual de la separación, la iniciación y el retorno. El inicio de dicha travesía —viaje del héroe—, es la plataforma mitológica que lo transporta hacia una región de prodigios sobrenaturales y no es sólo una hazaña física la que emprende, sino que sufre una transformación psicológica venciendo sus propios monstruos interiores. Todas las pruebas están destinadas a comprobar si tiene el valor, el conocimiento y la capacidad que le permita servir a los demás.

Tristán emprende su iniciación, cuando herido mortalmente por Morhol, pide ser librado a su suerte en una barca sin vela ni remos, acompañado por su arpa (15). Como ejemplifica Jung (16): "En el mito del héroe, el objeto del descenso está caracterizado en general por el hecho de la preciosidad difícilmente alcanzable (tesoro, virgen, bebida de la vida, vencimiento de la muerte, etc.). Se haya en esa región de peligro (aguas profundas, caverna, bosque, isla castillo, etc.). El miedo y la resistencia que todo ser humano natural siente frente a un adentrarse demasiado profundamente en sí mismo son considerados en el fondo, el miedo frente al viaje al Hades. (…) El mito del héroe conoce este estado de estar dentro del vientre de la ballena (dragón)…".

El vientre de la ballena alude a una etapa en que el héroe es devorado por lo desconocido y puede no tratarse literalmente de una ballena (Jonás o Heracles) sino, como ya se mencionó precedentemente en la cita de Jung, de lugares como laberintos, grutas, descensos al mundo subterráneo o el destierro como en el caso de Cid. Se debe destacar que el viaje en la barca tiene un precedente en la Eneida de Virgilio. La aventura, ya sea presentada con las vastas, casi oceánicas imágenes del Oriente, o en las vigorosas narraciones de los griegos o en las majestuosas leyendas de la Biblia, normalmente sigue el modelo de la unidad nuclear, arriba descrita.

 La recompensa: Ninguna: Trisitán e isolda no obtienen recompensa puesto que después de beber la poción han dejado de ser héroes para convertirse en humanos porque, en última instancia, lo heroico radica en el sacrificio de sí mismo para entregarse a un fin superior. Es la transformación que sufre la conciencia cuando deja de pensar en sí mismo, transformación que ellos no sufrieron.

De acuerdo con la teoría de las pulsiones del psicoanálisis freudiano, la vida del sujeto está condicionada por la presión de dos energías intra psíquicas representadas por las figuras mitológicas de Eros y Thánatos mas conocidas como pulsión de vida y pulsión de muerte.

Nuestra vida psíquica esta organizada alrededor de estos dos principios. La pulsión de vida tiende indefectiblemente a la resolución de la trascendencia del "yo", a la autosuperación, a la descendencia, al área de los sentimientos y a ese nexo misterioso que une a los seres humanos con la sexualidad: la libido. Su contrapartida es la pulsión de muerte; el deseo de regresar al origen, de pertenecer a la unidad. Existe un fuerte deseo de escapar de lo biológico, de deshacer las construcciones de la conciencia y del ego.

Isolda encarna a Eros y a la pulsión de vida con sus deseos constantes de satisfacer su amor producto del embrujo de una poción que simboliza la pasión que siente por Tristán, figura que representa la pulsión de muerte.

El ansia es la pasión y la pasión es el filtro: "Los que juntos lo beban se amarán para siempre con todos sus sentidos y todos sus pensamientos, en la vida y en la muerte" y mientras tanto le adjudica el nombre de "la copa maldita del amor y la muerte" (Joseph Bedier). Tristán "Inútilmente se atormentaba. Quería ocultar su amor sin poder apagar el fuego que el filtro había encendido en su corazón." (Alicia Yllera).

Tristán simboliza al Thánatos, el liberador, y advertido por Brangien de los efectos del filtro luego de beberlo dice: "¡Venga Muerte!". Luego, cuando fuera de sí a causa de la separación de su amada, al intentar reconquistarla disfrazado de loco indigente para cambiársela al rey por una hermana ficticia, y poder conducirla a un lugar imaginario dijo con el anhelo de llevar su amor hacia la unidad final: "Allá arriba, sobre los aires, tengo un palacio de cristal grande y bello, que el sol ilumina con sus rayos. Flota en el cielo, colgado de las nubes, sin que una brizna de aire lo mueva. En una habitación de mármol y cristal que ilumina las primeras luces del alba, nos solazaremos".

Gottfried von Strassburg aseguró en su versión de la leyenda: "He llevado a cabo una tarea de amor, una tarea por el mundo… No me refiero a este mundo… Es otro mundo el que tengo en mente; el que siente en un solo corazón la amarga dulzura y la pena querida, la delicia de su corazón y su dolor anhelante, la querida vida y la sufrida muerte, la querida muerte y la sufrida vida".


Ni mítica ni arquetípica: paradójicamente aunque Isolda es mostrada como princesa-doncella, que aun cuando dispuesta a encarnar con una belleza singular el mayor de los arquetipos en su género, sucumbe ante las pasiones humanas y su muerte, como la de Tristán, no tiene atributos heroicos ni recompensa final: "Se volvió hacia oriente y rezó a Dios. Luego descubrió un poco el cuerpo, se acostó junto a él, le besó la boca y el rostro y lo abrazó estrechamente; así, su cuerpo junto al de él, sus labios unidos a los de él, entregó su alma; murió junto a él, por el dolor que le dio su muerte" (17).

En el texto de Bédier se encuentran dos leyendas en las que se hace mención a gigantes; de ellas, la de desarrollo más extenso es la de el Morholt y la otra, la de Urgano el Velludo.
La primera está referida a "un caballero gigante", cuñado del rey de Irlanda, y que era el "invencible Morholt"; se lo caracteriza como "más fuerte que cuatro hombres robustos", con una espada que parece estar embrujada y con la que hace volar "la cabeza de los más osados campeones". También se indica que al caballero que se trabe en combate con él, "la gloria de vencer recaerá sobre toda su estirpe".

La segunda, aparece indicada como la existencia del "gigante Urgano el Velludo", que cobra pesados tributos, vive en una guarida, posee gran fuerza y maneja en combate una "pesante clava".

Paralelamente, en la versión de Alicia Yllera "Cuentan que en otro tiempo lo levantaron gigantes para su defensa" (…) "como el gigante Hurgan el Velloso al que abatiste o como aquél al que mataste en España". Conjuntamente se menciona la leyenda del gigante el Morholt, caracterizado como: "… El más fiero y temido varón que nunca existió" (…) Por su tamaño descomunal, su altura que alcanzaba la de cuatro hombres, la fuerza de sus músculos, la anchura de sus hombros, más parecía gigante que hombre (…) era fuerte y robusto como nunca se vio hombre igual". Por último, aparece la leyenda del gigante Moldagog, en la que se relata cómo guarda su región con temible temple, acudiendo ante el peligro prontamente pertrechado con dura y enorme una gran maza de madera. De descomunal envergadura, corpulento y zanquilargo, "con una cabeza grande y cuadrada y unos ojos hundidos que brillaban como brasas", perdió sin embargo a manos de Tristán una pierna, que éste le seccionó de cuajo.

Como antecedente mítico, se pueden mencionar los hombres de Finn MacCool en la mitología irlandesa —los fenianos—, todos gigantes de una época pretérita. Para el período en que transcurre Tristán e Isolda, los habitantes del país habían perdido las dimensiones colosales y sólo algunos las conservaban.

Esta especie de homínidos de quienes se hace referencia en multitud de crónicas y leyendas —griegas, nórdicas, germánicas, hindúes, indoeuropeas, mayas, aztecas, toltecas e incas—, se les menciona por igual en textos sagrados como en la Biblia. En ella se hace referencia a un sinnúmero de eventos, sumamente interesantes, en los que se involucra la presencia de los gigantes. En el Libro de Números, los exploradores enviados por Moisés para hacer un reconocimiento de la tierra de Canaán llegan a Hebrón y descubren que "los descendientes de Anak" viven en la región, informando a su líder, que la zona explorada que les fue asignada estaba ocupada por gigantes.

En el Deuteronomio abundan crónicas referentes a esto, haciéndose mención a grandes ciudades con enormes terraplenes y bastiones construidos por los Anakim. Las escrituras sagradas también mencionan otros personajes de gran estatura (superior a los 2 ó 3 metros), así como Goliat, y Og, el rey de Bashan.

Sintetizando, las legendarias figuras de gigantes arcaicos son comunes a las tradiciones populares de casi todas las culturas en de todas partes del mundo.

En el Occidente el dragón siempre fue concebido como malvado y una de las hazañas clásicas de los héroes (Jasón, Hércules, Sigfrido, San Miguel, San Jorge) era vencerlo y matarlo. En las leyendas germánicas, el dragón custodia objetos preciosos.

Es acaso el más conocido, pero también el menos afortunado, de los animales fantásticos. Suele contaminar a veces de puerilidad las historias en que figura. Conviene no olvidar, sin embargo, que se trata de un prejuicio moderno, quizá provocado por el exceso de dragones que hay en los cuentos de hadas. Empero en la Revelación de San Juan se habla dos veces del dragón: "la vieja serpiente que es el Diablo y es Satanás". Análogamente, San Agustín escribe que el diablo "es león y dragón; león por el ímpetu, dragón por la insidia". Jung observa que en el dragón están la serpiente y el pájaro, los elementos de la tierra y el aire.

Los cuernos del dragón son también el emblema de la virilidad y por eso el ciervo que es visto en los cuernos del dragón, puede ser sustituido por una cabra, un carnero, un antílope (de la India o Sudáfrica) o un toro. De la misma forma, el rabo del dragón puede ser muy bien el de un lagarto, un cocodrilo, un pez, una anguila, un delfín o una culebra. Esta combinación de animales de sangre caliente y de sangre fría resume muy bien la naturaleza compuesta del dragón, formada de fuego y agua. También puede interpretarse como una secuencia de dos estaciones, una seca y otra húmeda. Sin embargo, el rasgo más característico de los dragones consiste en que las diferentes formas de las estaciones se combinan y se convierten en una sola criatura, en una sola divinidad.

El héroe mitológico es el campeón no de las cosas hechas sino de las cosas por hacer: el dragón que debe ser muerto por él, es precisamente el monstruo del status quo: Soporte, el guardián del pasado. Desde la oscuridad el héroe emerge, pero el enemigo es grande y destaca en el trono del poder; es el enemigo, el dragón, el tirano, el que convierte en ventaja propia la autoridad de su posición. Es soporte, o garra no porque guarda el pasado, sino porque guarda. Los hechos elementales del héroe consisten en limpiar el campo. La gran figura del dragón existe sólo para ser destrozada, para ser cortada en pedazos y para ser dispersada.

En la versión de Bédier, el dragón está descripto de la siguiente manera "… tenía cabeza de bicha, los ojos rojos y como brasas, dos cuernos en la frente, largas y peludas orejas, garras de león, cola de serpiente y cuerpo de grifo cubierto de escamas". También se indica que "el dragón arrojó por las narices dos chorros de llamas ponzoñosas."

En la de Yllera se menciona al dragón como: "...la bestia del Valle del Infierno" (…) "más parecía rugido de demonio que grañido de animal" (…) "es el más temible animal, que nunca existió. Mide más de diez anas de largo, tiene los ojos rojos y llameantes como carbones encendidos, dos cuernos en la frente. Tiene cabeza de bicha con cresta como un basilisco, patas como lagarto, la cola enroscada, el cuerpo escamoso de un grifo y garras más fuertes que las de una quimera. Dicen algunos que de día repliega las alas y de noche vuela dejando una gran cola de fuego. De su boca salen llamas y un humo que envenena y quema cuanto halla a su paso". Se debe destacar que también el basilisco, el grifo y la quimera son animales mitológicos.

"Hijo, ¡cuánto he deseado verte! ¡Eres la más hermosa criatura que nunca mujer llevó en su seno! Triste te he traído al mundo, triste es la primera fiesta que puedo hacerte, por tí siento tristeza de morir. Y como has llegado al mundo en medio de la tristeza, tu nombre será Tristán" (18)

"Cuando nace un niño, nace al mismo tiempo con él su firmamento y sus siete miembros, que al igual que los planetas según os hemos dicho antes se bastan a sí propios. (…) El firmamento de cada niño ya al nacer tiene marcada su predestinación, que es el tiempo que la Entidad Natural debe seguir la ordenación de los planetas durante ese lapso de tiempo seguramente se cumple una creación cuyo fin ocurre al mismo tiempo que la predestinación, pongamos por caso a los treinta años. La característica de esa creación es justamente presentir hasta qué punto y durante cuantos años debe la Entidad Natural ordenar el curso de la vida." (19)

En este punto, el psicoanálisis disiente con el concepto de predestinación, dándole el nombre de neurosis del destino, designando con él una forma de existencia caracterizada por el retorno periódico de las mismas concatenaciones de acontecimientos, generalmente desgraciados, concatenaciones a las cuales parece hallarse sometido el sujeto como a una fatalidad exterior, mientras que para la teoría psicoanalítica se deben buscar los factores de este fenómeno en el inconsciente, especialmente en la compulsión a la repetición.

Otro de los orígenes de la predestinación se halla en la cultura árabe, más precisamente en su religión: "La Fe es creer en Al-lah, Sus Ángeles, Sus Escrituras, Sus Profetas, en la Resurrección, en el Día del Juicio Final. en la Predestinación Divina de lo bueno y lo malo y tener la absoluta firmeza en estas cosas". En el Conjuro XVII Libro de los Muertos (20) dice:

"Los poderes misteriosos de mis Nombres
Crean las jerarquías celestes.
Los dioses no se oponen a mi progresión;
Pues yo soy el Ayer
Y conozco el Mañana.
El cruel combate que libran los dioses,
Unos contra otros,
Es de acuerdo a mis voluntades,
Sé el Nombre misterioso
De la gran Divinidad que está en el Cielo."

6. La leyenda del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda
El ciclo del rey Arturo reformuló mitos paganos con elementos de la cultura cristiana, es rico en imágenes y personajes arquetípicos aptos para reflejar tanto las tribulaciones del siglo xv como las del siglo xx. Partiendo de esa idea, en la obra Los hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros se recrean sus aventuras en un mundo poblado de criaturas maravillosas y descomunales (21). No obstante en Tristán e Isolda, estos míticos caballeros aparecen solamente como fiadores del juramento de fidelidad de la reina Isolda, solicitados por ella al rey Marcos: "el rey Arturo y sus caballeros, ellos serán mis fiadores y se batirán con quien ose levantar una nueva calumnia".

De esta forma se entrelazan dos gestas épicas y simultáneamente, en las aventuras de Arturo, Tristán habrá de participar en la búsqueda del Santo Grial, transcurriendo este episodio sólo en algunas de las versiones de la leyenda artúrica.

Es la construcción exacta de un rey arquetípico en cuya figura noble y casi paternalista, se fusionan las costumbres morales y sociales de una época. "… es gentil y cortés (…) era alto fornido, fuerte y bien plantado, de mirada fiera y altiva, de porte majestuoso (…) todos lo respetan y lo temen (…) hospitalario y limosnero" (22).

"Pensaba envejecer sin descendencia para dejar sus tierras a Tristán (…) la noble ternura de su corazón lo llevó a amar (a Tristán e Isolda) (…) rehuyó arrogancia y desmesura (…) la nobleza de su corazón le llevó a comprender lo que los hombres a su alrededor no comprendían (…) Más el rey, movido de compasión, habló por primera vez a su sobrino." (23)

Finalmente, el rey viudo acepta la tragedia, la traición y perdona a los amantes haciéndolos enterrar lado a lado, comprendiendo que estos, a pesar de su voluntad, actuaron indómitos bajo los efectos del filtro mágico.

 2. Los servidores fieles
En la mayoría de las leyendas referidas a aventuras y desventuras en mundos reales o imaginarios es imprescindible la figura del aliado, que acompaña los pasos del héroe, comparte sus aspiraciones y metas, consagrando su existencia a la del amo.

Para Isolda es Brangien, que en castigo por su falta al dejar que los amantes bebiesen el filtro "sacrificó la pureza de su cuerpo". Era vigilante y celosa, guardiana del los encuentros de los amantes. "doncella, más blanca que nieve de febrero, más roja que una rosa; titilan sus ojos como estrellas en la fuente... es Brangien la fiel" (24). A quien incluso la reina, presa de la desconfianza, intentó hacer matar, pero aun en esas circunstancias la doncella calló el secreto de la reina y respetó su decisión, de la que finalmente la soberana desistiría.

Governal, es el servidor para Tristán "Este le enseñó a manejar la lanza... Enseñóle a aborrecer la mentira ... a socorrer a los débiles y a mantener la palabra empeñada (…) Lo instruyó en el arte de cantar y tocar el arpa, y en el arte de la montería" (25). Llegó incluso a matar por él cuando aniquiló Yvain, el leproso que se llevaba a Isolda como castigo impuesto por el rey. Según se mencionó con anterioridad, Governal, es la imagen sustituta del padre muerto.

Se dice que el caballero va al combate para defender el orden de la Corte, en consecuencia, sus actos tienen un sentido de liberación política y social, también con un significado de purificación. La caballería pasa de ser un orden cerrado a convertirse en una institución basada en la nobleza de sangre y consagrada a través del rito religioso de la investidura caballeresca. Tristán cumple con estos requisitos: "Llegó el tiempo en que Tristán debía ser armado caballero. Recibió las armas de mano de su tío y regresó a su país dispuesto a vengar la muerte de su padre", llevando a cabo su meta iniciática.

Los caballeros de la Edad Media, profesionales de las armas, protagonistas principales en un mundo de nuevas pautas de civilización que incluían la cortesía, los tipos ideales de la dama y el caballero, el amor fino y el concepto de amor-pasión, convirtieron el hacer la guerra en la razón de su existencia. Al sobrevenir la paz en el feudo al que pertenecían se enrolaban como mercenario para otros señores feudales, no perdiendo así la virtud que legitimaba su función social: la profesión guerrera.

Podrían citarse entonces como arquetipos de caballeros tanto a Tristán como a Kaherdín: "Era valiente, osado y cortés" (…) "Es noble, duque poderoso, guerrero probado". (26)

Según el Orden de la Caballería, los varones devenían felones al traicionar los más preciados secretos del amor cortés: "No queremos ser cómplices de la deshonra de nuestro rey" (Yllera). Por este motivo queda claro que los cuatro, Andret, Guenelon, Gondoine y Denoalen (Bédier), [Andret, Ganelón, Godoine y Denoalen (Yllera)] perdieron su condición de caballeros al denunciar los amores de Tristán e Iseo, transformándose en los arquetipos del villano, dispuestos a lograr su objetivo a cualquier precio.

"En el santuario de Nemi crecía un árbol cuyas ramas no podían romperse.
(…) Según la opinión generalizada de los antiguos,
la rama fatal era la Rama Dorada que Eneas, aconsejado por la Sibilia,
arrancó antes de intentar la peligrosa jornada hacia el Mundo de los Muertos."
Sir James George Frazier, La Rama Dorada

Hay mitos y arquetipos en Tristán e Isolda.

"Por la noche, de la tumba de Tristán surgió una viña que se cubrió de hojas y ramas verdes. Sobre la tumba de Iseo creció un hermoso rosal (…) las ramas de la viña pasaban por encima del monumento y abrazaban el rosal mezclando sus flores, hojas y racimos con los botones y las rosas. Y los antiguos decían que estos árboles habían nacido de la virtud del filtro y eran símbolos de los amores de Tristán e Iseo, a quienes la muerte no había podido separar. (27)

El paso del tiempo renovó la leyenda en versiones, interpretaciones y porqué no, también hubo de servir de inspiración para la creación de otros amores trágicos como los de Romeo y Julieta o Brunilda y Sigfrido.

Su estructura compleja provoca asombro al tratar de imaginar cómo los itinerantes trovadores eran capaces de llevar en su memoria tanta cantidad de episodios, personajes y sentimientos.

Pero no es simplemente una historia bien contada, es la epopeya de un amor pasional, que crea sus propias reglas, que quebranta la moral y las convenciones de una época, es la reformulación de algunos mitos y la comprobación de otros; es al mismo tiempo la destrucción de arquetipos tradicionales y la elaboración de nuevos.

Podría decirse que la historia se divide en dos universos opuestos; el primero narra el viaje de un héroe predestinado a la tragedia, que no duda jamás en ponerse al servicio del honor y la defensa de los débiles y posteriormente, la crónica se vuelve una sucesión de trampas que ha de tenderle al héroe el amor que le profesa a una mujer que le está prohibida. Una princesa y más tarde reina, quien además será la esposa de su tío.

Es el amor, la pasión oculta dentro de la metáfora de una poción, el que rompe los esquemas de un relato convencional de heroicos y honorables protagonistas, y la naturaleza mágica de esa filtro los transporta a través de la historia, los vuelve carne y sangre, para reflejar en su amor imperfecto, en sus peores defectos y en sus mas admirables virtudes, el alma del lector que por primera vez conoce la leyenda.

"Sea que escuchemos con divertida indiferencia el sortilegio fantástico de un médico brujo de ojos enrojecidos del Congo o que leamos con refinado embeleso las pálidas traducciones de las estrofas del místico Lao-Tse, o que tratemos de romper, una y otra vez, la dura cáscara de un argumento de Santo Tomás o que captemos repentinamente el brillante significado de un extraño cuento de hadas esquimal, encontraremos siempre la misma historia de forma variable y sin embargo maravillosamente constante, junto con una incitante y persistente sugestión de que nos queda por experimentar algo mas que lo que podrá ser nunca sabido o contado", y continua diciendo: "…el mito es la entrada secreta por la cual las inagotables energías del cosmos se vierten en las manifestaciones culturales humanas" (28).

Es la esencia de esos mitos y de los que vendrán, una serie diversa de arquetipos por definir, que formarán una nueva mitología que, como ejemplifica Joseph Cambell, estará destinada a : ..."despertar a los individuos en el conocimiento de sí mismos" (29).

Acevedo, Juan, Berlanda, N., Los extraños, Buenos Aires, Emece Editores S.A., 2000.
Bédier, Joseph, Tristán e Isolda, Barcelona, Editorial Pomaire, 1981.
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Casares, Julio, Diccionario Ideológico de la lengua española, Barcelona, 1985.
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Weber, Max, Sociología de la religión, Buenos Aires, Ediciones El Aleph.com, 1999
Yllera, Alicia, Tristán e Iseo, Buenos Aires, Editorial Cántaro, 1999.

Notas
 1 Yllera, Alicia, Tristán e Iseo, Buenos Aires, Editorial Cántaro, 1999.
2 Bédier, Joseph, Tristán e Isolda, Barcelona, Editorial Pomaire, 1981.
3 Yllera, Alicia, op.cit.
4Wagner, Richard. Tristán e Isolda, Traducción de Ernesto De la Guardia, Buenos Aires, Ricardo Americano S.A, 1948. 
5 Campbell, Joseph, Los mitos. Su impacto en el mundo actual, Barcelona, Editorial Kairós, 1999.
6 Jung, Carl G., Psicología y alquimia, Barcelona, Plaza & Janes S.A., 1977.
7 Bombasto de Hohenheim, Auriolus, F. T. (Paracelso), Obras Completas, Buenos Aires, Ed. Schapire, 1945.
8 Acevedo, Juan, Berlanda, Néstor, Los extraños, Buenos Aires, Emece Editores S.A., 2000.
9 Frazer, James G., La rama dorada, Buenos Aires, Ediciones El Aleph.com, 1999,
10 Laplanche, J., Pontalis, J., B., Diccionario de psicoanálisis, Barcelona, Editorial Labor S.A., 1981.
11 Casares, Julio, Diccionario Ideológico de la lengua española, Barcelona, 1985.
12 García, Pelayo y Gross, Ramos, Diccionario pequeño Larousse ilustrado, Buenos Aires, Ed. Larousse, 1985.
13 Weber, Max, Sociología de la religión, Buenos Aires, Ediciones El Aleph.com, 1999.
 14 Weber, Max, op. cit. págs. 30-31.
 15 Este episodio no tiene lugar en la versión de Richard Wagner.
 16 Jung, C. G., op. cit. pág. 238. 
17 Bédier, Joseph, op. cit., pág. 179.
 18 Bedier, Joseph, op. cit., pág. 26.
 19 Paracelso, op. cit., pág. 93, 94.
 20 Prezioso, Felipe, El destino esta en tu nombre, http://www.libroelectronic.com/libro05_intro.html
 21 Steinbeck, John, Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros, Barcelona, Editorial
Sudamericana, 1994.
 22 Yllera, Alicia, op. cit.
 23 Ibídem.
 24 Bédier, Joseph, op. cit.
 25 Ibídem.
 26 Yllera, Alicia, op. cit.
 28 Campbell, Joseph, El héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito, México, Fondo de Cultura Económica, 1999, pág. 11.
 29 Cambell, Joseph, Los mitos. Su impacto en el mundo actual, Barcelona, Editorial Kairós, 1999, pág. 307.

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