sábado, 30 de enero de 2010

Camilo José Cela "La familia de Pascual Duarte"

Primera entrega

¿Es La familia de Pascual Duarte una novela tremendista o miserabilista?



El tremendismo es una estética literaria que se desarrolla, fundamentalmente, en la novela española de los años cuarenta del siglo XX; se caracteriza por una especial crudeza en la presentación de la trama (recurrencia de situaciones violentas), el tratamiento de los personajes (habitualmente, seres marginados, con defectos físicos o psíquicos, prostitutas, criminales, etc.) y en el lenguaje, desgarrado y duro. La relación entre esta tendencia y el contexto social de la inmediata posguerra es clara, pues parece responder a las complicadas experiencias vividas por los autores durante la guerra, la cual habría condicionado su manera de ver y presentar la realidad en el mundo artístico. El tremendismo es una forma particular de describir la realidad bajo la óptica de la exageración, utilizada a veces para crear en terceros la idea de que una tragedia es inminente, con el fin oculto de inducir a una determinada decisión, que se hace ver como la única capaz de evitar el suceso nefasto.




El miserabilismo es una tendencia que pone de relieve acontecimientos, fenómenos e inclinaciones en que se manifiesta con crudeza la parte de naturaleza humana dominada por la miseria inherente a su condición, para, a la vista de tales lacras, declarar imposible e insincera cualquier tentativa de perfeccionamiento o incluso de cambio.

Considerar al hombre cautivo de su propia miseria y suponerse condenado a soportarla conduce, más que a la rebeldía, a la desesperación y a la angustia. A la angustia existencial de quien cree vivir en el absurdo y sin finalidad, nacido para la muerte, anticipo de cadáver y al borde de la podredumbre. Los escritores miserabilistas (algunos los llaman hoy, con grave error, existencialistas) decretaron la nulidad de la esperanza y rechazaron como fútiles y especiosas las razones en que se funda. Sus libros tienen un aspecto tajante y desesperado; sus palabras, aun siendo sinceras, suenan a falso, pues el hombre es algo más que basura; hay siempre en él una secreta fuerza, pasión y voluntad de corregir y de corregirse, de mejorar y de mejorarse.

El miserabilismo es una actitud parcial y lo es deliberadamente en cuanto se niega a ver la real complejidad de la imagen que pretende reflejar. El hombre no es sólo el recipiente de inmundicias inventado por su pesimismo, pues si la inmundicia no le es ajena, a su lado, contrapunto justificativo, sitúanse delicadezas y emociones que le enaltecen, sentimientos que le justifican.

Al mundo negro y torvo del miserabilismo no es justo contraponerle el mundo rosa y bobo de las inepcias «idealistas». El problema no se resolverá enfrentando la negación absoluta a la afirmación gratuita; para acercarse a la verdad, es necesario sopesar ponderadamente la totalidad de contrastes en que el hombre existe. Pensar cómo pueden coincidir, cómo coinciden en el alma movimientos contradictorios de fe y desesperación, con sutiles desviaciones que implican el alternado predominio de la una o la otra.

1 comentario:

  1. Pues que no anden confundiendo con los existencialistas ¡¡¡

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