miércoles, 3 de marzo de 2010

Edgar Allan Poe: "William Wilson"

1. LA NOVELA GÓTICA
El adjetivo "gótico" deriva de que gran parte de estas historias trascurren en castillos y monasterios medievales. En sentido estricto, el "terror gótico" fue una moda literaria, fundamentalmente anglosajona, que se extendió desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, como reacción al Racionalismo.

El movimiento gótico surge en Inglaterra a finales del siglo XVIII. El renacimiento del gótico fue la expresión emocional, estética y filosófica que reaccionó contra el pensamiento dominante de la Ilustración, según el cual la humanidad podía obtener el conocimiento verdadero y obtener felicidad y virtud perfectas; su insaciable apetito por este conocimiento dejaba de lado la idea de que el miedo podía ser también sublime.

Las ideas de orden de la Ilustración van siendo relegadas y dan paso a la afición por el gótico en Inglaterra y así se va abriendo el camino para la fundación de una escuela de la literatura gótica, derivada de modelos alemanes.

Las narrativas góticas abundan entre 1765 y 1820, con la iconografía que nos es conocida: cementerios, páramos y castillos tenebrosos llenos de misterio, villanos infernales, hombres lobo, vampiros, doppelgänger (transmutadores, o doble personalidad) y demonios, y más figuras aterradoras para nuestra mente ilustrada y racional.

Los ingredientes de este subgénero son castillos embrujados, criptas, fantasmas o monstruos, así como las tormentas y tempestades, la nocturnidad y el simple detalle truculento, todo ello surgido muchas veces de leyendas populares. La obra fundadora del gótico es El castillo de Otranto, de Horace Walpole (1765). Otras obras claves de esta corriente son Vathek (1786), de William Beckford, Los misterios de Udolfo (1794), de Ann Radcliffe, El Monje, de Matthew Lewis, publicada en 1796, Melmoth el errabundo (1820), de Charles Robert Maturin y Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki. El Romanticismo exploró esta literatura, casi siempre inspiradora de sentimientos morbosos y angustiantes, que alcanzó su máximo esplandor en el siglo XIX, a impulsos del descubrimiento del juego mórbido con el inconsciente.

Aunque Julio Verne cultivó sobre todo los géneros de aventuras y de la ciencia-ficción, existe una novela suya poco conocida que posee las características de la novela gótica: El castillo de los Cárpatos. Dicha novela es considerada como una "rara avis" en la produción de Verne y suele considerarse como su única incursión en el género de la novela gótica con todos los elementos que la caracterizan: un castillo tenebroso abandonado, una bella cantante de ópera supuestamente secuestrada por un malvado noble (el Barón Gortz), un héroe enamorado dispuesto a rescatarla hasta enloquecer, supersticiones populares sobre fantasmas y aparecidos. Escrita cinco años antes que Drácula comparte no pocos elementos comunes con la obra de Bram Stoker.

Sin embargo, obras de pleno siglo XIX como Té verde, de Sheridan Le Fanu, Frankenstein, de Mary Shelley, El corazón delator, de Edgar Allan Poe, y, más adelante, Janet, Cuello Torcido, de R. L. Stevenson, Drácula, de Bram Stoker, El Horla, de Guy de Maupassant, Otra vuelta de tuerca, de Henry James, y más, puede decirse que superan el terror gótico, pues no reúnen las citadas características. Salvo en casos excepcionales, tienden al formato corto del cuento en menoscabo de la novela; no se recurre a las monjas ensangrentadas, ni son elementos necesarios los aullidos espectrales y los truenos, rayos y centellas de tormentas; no tienen por qué transcurrir en escenarios ruinosos, castillos y monasterios medievales; los fantasmas que presentan no están "encadenados"; apenas tienen que ver con leyendas populares... Por lo tanto pueden considerarse ya como obras plenamente representativas del "terror moderno". 

En los relatos góticos se advierte un erotismo larvado y un amor por lo decadente y ruinoso. La depresión profunda, la angustia, la soledad, el amor enfermizo, aparecen en estos textos vinculados con lo oculto y lo sobrenatural. Algunos autores sostienen que el gótico ha sido el padre del género de terror, que con posterioridad explotó el fenómeno del miedo con menor énfasis en los sentimientos de depresión, decadencia y exaltación de lo ruinoso y macabro que fueron el sello de la literatura romántica goticista.


2. CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA GÓTICA

* Es melodramática, exagera los personajes y las situaciones con el fin de acentuar los efectos estéticos.

* El autor crea un marco o escenario sobrenatural capaz, muchas veces por sí mismo, de suscitar sentimientos de misterio o terror.

* Importancia del escenario arquitectónico, que sirve para enriquecer la trama; las sombras y contornos de luz delimitan espacios y recrean sentimientos melancólicos. Recurso, pues, a todo tipo de elemento "oscuro".

* Exaltación de la relación entre terror y éxtasis.

* Exaltación de la muerte, la decadencia, los abismos, tinieblas etc..

* Referencias a la locura, lo irracional, la bestialidad y demás características inhumanas o sobrenaturales.

* Clara polarización entre el Bien y el Mal, este último a menudo interpretado por un personaje que hará las veces de villano.


2. EL LLAMADO TERROR MODERNO O LITERATURA FANTÁSTICA

El terror moderno es la etapa de la literatura de terror que se desarrolla ya a partir de la primera mitad del siglo XIX por obra de precursores, como el norteamericano Edgar Allan Poe (1809-1849) y el irlandés Joseph Sheridan Le Fanu (1814-1873), cuyas aportaciones, especialmente el llamado terror psicológico, supusieron una profunda transformación de la literatura de terror gótico anterior, de raíces estrictamente románticas, y que utilizaba como principal recurso el "suspenso del terror". El terror psicológico es un tipo de narración en la cual el miedo se sucita afectando la mente y la emotividad del lector. Así, éste debe acabar identificándose con los padecimientos o vivencias extremas de determinados personajes.

Habitualmente se considera que el autor pionero de esta modalidad fue el gran cuentista norteamericano Edgar Allan Poe, quien a través de relatos como "El corazón delator", "El hombre de la multitud" o "El demonio de la perversidad", entre otros, halló un nuevo camino para dejar obsoleta la tradicional novela gótica, con toda su corte de monjas sangrientas y fantasmas encadenados.

Una derivación del terror psicológico lo constituye el llamado suspense, género literario y cinematográfico que ha tenido numerosos cultivadores y del que es figura señera el británico Sir Alfred Hitchcock.

Antecedentes: Ya en las postrimerías del siglo XIX el cuento de horror o de fantasmas experimentaría nuevamente un gran avance a resultas de las aportaciones de los grandes cultivadores que encontró esta modalidad en Inglaterra (alguno sería de otra nacionalidad, como el francés Guy de Maupassant), en las épocas victoriana y eduardiana. Autores como Robert Louis Stevenson, M. R. James, Henry James, Saki (Hector Hugh Munro) y Arthur Machen, entre otros, ejercerían una profunda renovación de estilos, temas y contenidos que, ya en pleno siglo XX, acabaría desembocando en el último autor mayor del género: el norteamericano Howard Phillips Lovecraft (1890-1937). Con él, el género macabro experimentaría nuevamente un giro importante.

Este autor, cuyo principal referente, según él mismo confesaba, era su compatriota Edgar Allan Poe, fue el creador del llamado "cuento materialista de terror" (por oposición al "espiritualismo" a ultranza propio del relato de fantasmas tradicional). Introdujo, además, en el género elementos y contenidos propios de la naciente ciencia-ficción, lo que tendría amplias repercusiones en toda la literatura y el cine posteriores. Lovecraft, orientándose en principio a partir de las subyugantes fantasías que le proporcionaba su propio mundo onírico, supo conciliar éstas con las enseñanzas de autores de su predilección como Poe, Lord Dunsany, Ambrose Bierce, Algernon Blackwood y William Hope Hodgson, lo que dio como resultado la asombrosa invención de una nueva mitología pagana, los Mitos de Cthulhu, a través de la cual logró dar cumplida expresión a los muchos terrores y obsesiones que anidaban en su personalidad enfermiza. Sin embargo, en ocasiones se ha achacado a Lovecraft un estilo adjetivizado y fórmulas repetitivas, que hace que sus argumentos pueden predecirse con facilidad a medida que el lector asimila la técnica del autor.

Uno de los modelos de Lovecraft es el autor inglés, ya citado, William Hope Hodgson al cual se considera un precursor del género de terror materialista creado por aquel. Nacido en 1875 y muerto en 1918, su obra "La casa del fin del mundo" narra en primera persona las peripecias del habitante de una pequeña aldea irlandesa que es raptado por unos seres mitad hombres, mitad bestias, y transportado a otra dimensión.

Pero el escritor que gran parte de la crítica sitúa al lado de Poe, Lovecraft y Maupassant en el panteón de ilustres cultivadores del miedo, es el norteamericano Ambrose Bierce (1842-1914?), quien a través de contundentes filigranas como "Un terror sagrado", "La ventada cegada" y "La cosa maldita" se evidenció como maestro absoluto en la recreación de tensas atmósferas desasosegantes en medio de las cuales estalla de pronto un horror absorbente y feroz.

El tópico del hombre lobo fue introducido en el género por Guy Endore, con su novela "El hombre lobo en París", 1933.

La última hornada del género de terror cuenta con figuras literariamente controvertidas, la mayoría procedentes del mundo anglosajón, como Stephen King, Ramsey Campbell y Clive Barker, autores de gran número de best-sellers, algunos de los cuales han sido adaptados con éxito al cine. En los últimos años, la producción de este género se ha trasladado, en gran parte, desde el campo de la literatura al de la cinematografía, la historieta, la televisión y los video-juegos, dando origen a un nuevo subgénero de terror, "el gore", caracterizado por el fácil recurso a las escenas sangrientas baratas.


EDGAR ALLAN POE

Edgar Allan Poe (Boston, Estados Unidos, 19 de enero de 1809 – Baltimore, Estados Unidos, 7 de octubre de 1849) fue un escritor, poeta, crítico y periodista romántico estadounidense, generalmente reconocido como uno de los maestros universales del relato corto. Fue renovador de la novela gótica y recordado especialmente por sus cuentos de terror. Considerado el inventor del relato detectivesco, contribuyó asimismo con varias obras al género emergente de la ciencia-ficción.

Fue bautizado como Edgar Poe en Boston, Massachusetts, y sus padres murieron cuando era niño. Fue recogido por un matrimonio adinerado de Richmond, Virginia, Frances y John Allan, aunque nunca fue adoptado oficialmente. Pasó un curso académico en la Universidad de Virginia y posteriormente se enroló, también por breve tiempo, en el ejército. Sus relaciones con los Allan se rompieron en esa época, debido a las continuas desavenencias con su padrastro, quien a menudo desoyó sus peticiones de ayuda y acabó desheredándolo. Su carrera literaria se inició con un libro de poemas, Tamerlane and Other Poems (1827).

Por motivos económicos, pronto dirigió sus esfuerzos a la prosa, escribiendo relatos y crítica literaria para algunos periódicos de la época; llegó a adquirir cierta notoriedad por su estilo cáustico y elegante. Debido a su trabajo, vivió en varias ciudades: Baltimore, Filadelfia y Nueva York. En Baltimore, en 1835, contrajo matrimonio con su prima Virginia Clemm, que contaba a la sazón 13 años de edad. En enero de 1845, publicó un poema que le haría célebre: "El cuervo". Su mujer murió de tuberculosis dos años más tarde. El gran sueño del escritor, editar su propio periódico (que iba a llamarse "The Stylus"), nunca se cumplió.

Murió el 7 de octubre de 1849, en la ciudad de Baltimore, cuando contaba apenas 40 años de edad. La causa exacta de su muerte nunca fue aclarada. Se atribuyó al alcohol, a congestión cerebral, cólera, drogas, fallo cardíaco, rabia, suicidio, tuberculosis y otras causas.

La figura del escritor, tanto como su obra, marcó profundamente la historia de la literatura. Ejerció gran influencia en la literatura simbolista francesa y, a través de ésta, en el surrealismo, pero su impronta llega mucho más lejos: son deudores suyos toda la literatura de fantasmas victoriana y, en mayor o menor medida, autores tan dispares e importantes como Charles Baudelaire, Fedor Dostoyevski, Franz Kafka, H. P. Lovecraft, Ambrose Bierce, Guy de Maupassant, Thomas Mann, Jorge Luis Borges, Clemente Palma, Julio Cortázar, y más. El poeta nicaragüense Rubén Darío le dedicó un ensayo en su libro Los raros.

Poe hizo incursiones asimismo en campos tan dispares como la cosmología, la criptografía y el mesmerismo. Su trabajo ha sido asimilado por la cultura popular a través de la literatura, la música, tanto moderna como clásica, el cine (por ejemplo, las muchas adaptaciones de sus relatos realizadas por el director estadounidense Roger Corman), el cómic, la pintura (varias obras de Gustave Doré) y la televisión (cientos de adaptaciones, como las españolas para la serie "Historias para no dormir").
En una de sus cartas, dejó escrito: "Mi vida ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de la soledad, mofa de las cosas de este mundo; un honesto deseo de futuro."


WILLIAM WILSON

"William Wilson" es un relato corto de Edgar Allan Poe. Su ambientación está inspirada en los años de formación de Poe. El cuento sigue el tema del doppelgänger, y está escrito en un estilo basado en la racionalidad. Fue publicado por vez primera por la revista "Burton's Gentleman's Magazine" en octubre de 1839, y más tarde apareció en la colección de 1840 Tales of the Grotesque and Arabesque.

La historia comienza con el narrador, un hombre de ascendencia aristocrática que se llama a sí mismo William Wilson, denunciando su pasado derrochador, aunque éste no se siente culpable, pues entiende que ningún otro hombre ha sido tentado de igual manera antes. Narra la infancia y juventud de Wilson en un colegio isabelino. Relata que allí conoció a otro chico con su mismo nombre, parecido a él y nacido el mismo día, el 19 de enero, fecha de cumpleaños del propio Poe. Compite con este muchacho, pero él le supera fácilmente, de manera que lo considera prueba de su auténtica superioridad. El protagonista comienza a copiar las manías y la forma de vestir y de hablar de William, y llega un momento en que descubre que el muchacho tiene exactamente su misma cara. Al ver esto, William abandona inmediatamente la academia, sólo para descubrir que su doble se ha marchado el mismo día.

William, con el tiempo estudia en Eton y Oxford, haciéndose más depravado cada vez, ganando enormes cantidades de dinero mediante engaños al jugar a las cartas con un pobre noble y la seducción de una mujer casada. En esta etapa, su doble aparece, con la cara siempre cubierta, susurrando unas pocas palabras que alertan a otros sobre el comportamiento de William. En el último de estos incidentes, en un baile en Roma, William arrastra a su doble a una antecámara y lo apuñala.

Tras la acción de William, aparece un enorme espejo en el que éste ve el rostro del fallecido, momento en el que el narrador siente que está pronunciando las palabras: «en mí existías, y en mi muerte, ve cuán profundamente te has asesinado a ti mismo».

Doppelgänger es el vocablo alemán para el doble fantasmagórico de una persona viva. La palabra proviene de doppel, que significa "doble", y gänger, traducida como "andante". Su forma más antigua, acuñada por el novelista Jean Paul en 1796, es Doppeltgänger, 'el que camina al lado'. El término se utiliza para designar a cualquier doble de una persona, comúnmente en referencia al "gemelo malvado" o al fenómeno de la bilocación.

También se utiliza para referirse a un individuo que posee una sensación de total y absoluta identificación o semejanza con un ente ficticio, llámese personaje de literatura, televisión, historietas y más.

En las leyendas nórdica y germánica, ver el propio Doppelgänger es un augurio de muerte.Un Doppelgänger visto por amigos o parientes de una persona puede a veces traer mala suerte, ser un mal augurio o una indicación de una enfermedad o un problema de salud inminentes. Según escribió el dramaturgo sueco Strindberg, "El que ve a su doble es que va a morir".

Los Doppelgänger del folclore no proyectan sombra y no se reflejan en espejos ni en el agua. Se supone que dan consejo a la persona que imitan, pero este consejo puede ser engañoso o malicioso. En raras ocasiones, también pueden inculcar ideas en la mente de la víctima o aparecerse a amigos y parientes, creando confusión.

Mario Praz conecta con la figura del Doble otras populares en el folclore, como el Hombre Lobo o la muchacha hermosa que oculta en su interior una serpiente o demonio (Lamia). Claude Lecouteux explora estas y otras conexiones (hadas, brujas, hombres lobo) en su libro sobre La figura del Doble en la Edad Media.

En la literatura anterior al romanticismo el tema del Doble aparece prefigurado en el tema del sosias o de los gemelos, utilizado para lograr un efecto cómico en obras como Anfitrión de Plauto o La comedia de las equivocaciones de Shakespeare. También aparece en la mitología: Zeus toma la apariencia de Anfitrión para unirse a Alcmena, y otro tanto hace Uther Pendragon, convirtiéndose en un doble del marido de Igraine para yacer con ésta (padre y madre del rey Arturo).

El romanticismo se interesa por el fenómeno del Doble como materialización del lado oscuro y misterioso del ser humano (lo que Jung llamará la Sombra). Mario Praz sugiere que Frankenstein, la criatura del doctor Frankenstein, es de algún modo un desdoblamiento de su creador. En Los elixires del diablo, de E. T. A. Hoffmann, Medardo, el protagonista, sufre la persecución de un Doble que en ocasiones es corpóreo, pero otras veces parece una parte escindida de la psique del propio Medardo. Es probable que en su estudio de la literatura psiquiátrica de la época (o en sus visitas a manicomios) Hoffmann topara con casos que hoy se catalogarían como esquizofrenia. Su propio estado mental llegó a ser muy confuso durante la redacción de la primera parte de la obra, que tuvo para él un efecto terapéutico.

Robert Louis Stevenson toma de Hoffmann el tema de un bebedizo o pócima que convierte a quien la toma en una versión maligna de sí mismo en Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

Hans Christian Andersen propone una versión alegórica del Doble en su relato "La sombra": un sabio delega en su sombra ciertas responsabilidades, cada vez mayores; finalmente, se trocan las tornas y la sombra usurpa la personalidad de su antiguo amo. También aparece el el tema en Peter Pan.

El relato de Poe "William Wilson" tiene la originalidad de que en él el Doble no encarna las tendencias malignas del protagonista, sino la voz de su conciencia, como en el antiguo Coro Griego.

En Rayuela, novela del escritor argentino Julio Cortázar, el protagonista llama irónicamente a un personaje su Doppelgänger debido a una curiosa simetría que se establece entre ellos en varios aspectos de su vida.


1 comentario:

  1. Es impresionante como esta literatura gótica sigue influenciando la cultura de principios de s.XXI, como en la saga de J.K. Rowling, podemos ver personajes místicos y ¨Dopplegängers¨ como Voldemort y el mismo Harry Potter.....
    Hoy fuí a ver Alicia en el País de las Maravillas!!! Tim Burton es un auténtico gótico y Johnny Depp y Helena Bohnam Carter son la pareja ideal para sus películas....

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