viernes, 21 de diciembre de 2012

Miguel de Cervantes: "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha"




En un lugar de la Mancha vive modestamente un hidalgo de cincuenta años, “seco en carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza” que dio en leer de día y de noche todos los libros de caballería que circulaban en ese tiempo, hasta que quedó sin juicio. “Vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, creyéndole conveniente para aumentar la honra y servir a la República hacerse caballero andante e irse, por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar aventuras”. Sale, pues, ataviado con la armadura que perteneció a uno de sus antepasados, contrata luego a un campesino como escudero, su fiel acompañante Sancho Panza; da a su caballo flaco y escuálido el nombre de Rocinante, y adquiere para sí el de don Quijote de la Mancha. Piensa que como buen caballero andante, debe tener una dama en sus pensamientos y elige a una campesina del Toboso a quien da el nombre literario de Dulcinea del Toboso. 

Después de una dilatada serie de aventuras descrita con maravillosos realismo, empapada de sustancia filosófica y en la que nunca desmiente la glorioso potencia idealista de don Quijote, su valor , su hidalguía, su fe de caballero enamorado, su espíritu de justicia en contraste con otros personajes (el ama, el cura, el barbero, el bachiller), el último de los caballeros andantes vuelve a su casona de la Mancha, cae enfermo, recobra su “sano juicio”, reniega de los libros de caballería, recibe los últimos sacramentos, hace su testamento y muere.

* Tomado de “Para disfrutar de la literatura”, tomo II, editorial Navarrete, Lima.






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