martes, 24 de noviembre de 2009

Milán Kundera: "Jacques y su amo"

Lunes más lunes invitamos a un escritor a dialogar en la Mesa de Altos Estudios. El escritor y su obra llegan puntuales y, después de los consabidos saludos y presentaciones, nos preguntan si logramos leer todo el texto. Parece que siempre es un acto harto complejo en estos tiempo de "hay que ganarse el pan con el sudor de la frente". Si Yahvé hubiera dicho "te ganarás el pan con el sudor de tu mente", todos terminaríamos el libro a tiempo respetando aquello de que además de leer hay que gozar. (No falta quien murmure: "Me conformo con terminar el texto, el gozo lo dejo para después"). Así, con este apuro ("hay más libros que vida"), nos llega Kundera, Jacques y su amo.


Bien. Lo que sigue es producto del gozo más que de una lectura puntual y ordenada.

Al abrir el libro y leer el prólogo del propio Kundera, caemos en cuenta que el escritor nos exige crear una escenografía: el lector deberá montar en el escenario de sus conocimientos a Tristram Shardy de Laurence Sterne y a Jacques el fatalista de Denis Diderot. ¿Por qué a los libros siempre les da por juntar a sus amigos? ¿No podría alguno de ellos decir: te basta sólo conmigo, como en un diálogo íntimo? No, no pueden. Un libro es un punto en una enorme figura.

Primer círculo. ¿Quién es Laurence Sterne y su Tristram Shandy? Escritor-romántico-irlandés-inglés. Maestro de equívoco, admirador de Cervantes, Rabelais y Jonathan Swift. La vida y las opiniones del caballero Tristram Shandy (1759-1767), (The Life and Opinions of Tristram Shandy, Gentleman) -usualmente abreviada como Tristram Shandy está narrada en primera persona y de un modo intrincado, humorístico, desarreglado y un tanto picaresco. La novela pretende ser la autobiografía del narrador protagonista. Sin embargo, en uno de los giros humorísticos centrales de la novela, a saber, que el tal Tristram Shandy es incapaz de explicar nada de forma sencilla, el narrador recurre una y otra vez a digresiones y anécdotas explicativas que supuestamente ayudan a formar el contexto de su vida, pero que de hecho van a ser la esencia de la novela, y que desvían el hilo conductor de la misma continuamente, impidiendo cualquier avance lineal en la trama. De esta forma, la novela se va extendiendo alrededor de las curiosas peripecias de un grupo de personajes relacionados con el narrador, de los que Sterne hace un retrato humorístico, y ofrece multitud de digresiones y anécdotas colaterales, hasta el punto de que el nacimiento de Tristram no ocurre hasta el libro III, y que éste sólo aparece como personaje brevemente en el libro IV para desaparecer el el libro VI.

Segundo círculo. Denis Diderot, más conocido por ser uno de los creadores de la famosa Enciclopedia, que por sus obras de ficción. Francés puro, deísta de pura cepa, escribe Jacques el fatalista en 1796. Novela que cuenta la historia de los amores de Jacques en la que se cruzan todo tipo de relatos, conversaciones e intervenciones del narrador que dialoga con un lector imaginario que se aburre. Ansioso y desesperado ante las constantes interrupciones que sufren, Jacques y su amo viajan sin aparente destino. Para Jacques lo que pasa “está escrito ahí arriba”, de ahí su fatalismo. Pero es un fatalismo irónico, puesto en cuestión. El amo a veces parece ser el criado, frente a un criado que muestra más determinación y liderazgo que el amo. Esto se inserta en una novela con todos los ingredientes de la literatura popular, picaresca, carnavalesca. Enredos amorosos, intercambios de jerarquía y la ceremonia del vino que facilita ese proceso. ¿Qué grado de libertad le queda al hombre, inserto en un mundo donde se enfrenta a toda clase de determinaciones?

Vamos a otro círculo de la espiral. El término fatalismo está formado a partir de la raíz fatum, que significa en latín «destino». El fatalismo se refiere a la creencia en el determinismo de los acontecimientos, dirigidos por causas independientes de la voluntad humana, sea este determinismo procedente de Dios, de la necesidad natural o de las leyes que dirigen la historia. “Todo tiene lugar según el destino”, así habla Crisipo de Soli en su Tratado del Destino. El fatum no es un impulso irracional, sino la expresión del orden impreso por la razón divina (el Logos) al universo: “El destino es la causa secuencial de los seres o bien la razón que preside la administración del mundo” (ibidem). No es tanto un principio religioso como científico y filosófico, teniendo en cuenta que el dios de los fatalistas no es otro que la razón. El destino no es otro que la cadena causal de los acontecimientos: lejos de excluir el principio de causalidad, supone su misma esencia. Cicerón lo aclara en su Tratado de la Adivinación: “Llamo destino (fatum) a los que los griegos llaman heimarmene, es decir, el orden de la serie de causas, cuando una causa ligada a otra produce de ella misma una efecto.” Se comprende entonces que el destino no es entendido como superstición, sino lo que dice la ciencia, a saber, la causa eterna de las cosas, en virtud de la cual llegaron a ser los hechos del pasado, son los hechos del presente y serán los del futuro.

Y siguen los circulitos. ¿Y quién es Milan Kundera? Escritor y ensayista nacido el 1 de abril de 1929 en Brno, República Checa. Hijo de Ludvík Kundera, alumno del compositor Leos Janacek. Aprendió, desde muy niño, a tocar el piano. Estudió musicología hecho que influiría fuertemente en sus novelas. Realizó estudios literarios y estéticos, mismos que cambiaría más tarde por la Academia de Cine dónde más tarde sería profesor de literatura universal. Kundera jamás vivió la democracia en su país natal, de dónde pasaron de estar ocupados por el tercer Reich al comunismo siendo finalmente invadidos por la Unión Soviética. Fue miembro del partido comunista del que sería expulsado en dos ocasiones, hasta que su obra, pasada y futura, fuera prohibida y borrada de las letras checoslovacas. Durante ese período escribe el manuscrito de su comedia Jaques y su amo que, clandestinamente, envía a París. Finalmente el 1975 se traslada a París con su mujer, renegando desde ese momento a su patria natal, dejando de escribir en checo y firmando sus obras en francés. Es en 1984 cuando encumbra su obra con la publicación de La insoportable levedad del ser, importante referente a la hora de intentar comprender la disidencia vivida en la Europa del Este durante la Guerra. Tres años fue llevada al cine con aceptable éxito de la mano de Philip Kaufman.

Último círculo, fin de la espiral interminable. Jacques y su amo, Homeaje a Denis Didetot (1972) de Milán Kundera. Jacques y su amo es en pocas palabras: la comedia de Milan Kundera, con todo lo que esto conlleva. Se trata de tres historias de amor que se entrecruzan durante el viaje que emprenden Jaques y su amo: la del amo, la de Jaques y la de Madame de la Pommeraye; tres historias que se entremezclan polifónicamente, donde cada una es, a su vez, variación de la otra, y juntas forman una comedia sobre los problemas existenciales de la pasión amorosa, los celos, la venganza y el destino. Se trata de cómo dice el propio Kundera de “una evidente trasgresión de lo que se llaman las leyes de la construcción dramática”.

Variación de Jacques el fatalista, por tanto, homenaje a Diderot, quien a su vez oye la voz de Tristram que en algún lugar, del cual no quiere acordarse, conoció al ya famoso Alonso Quijano. Novela teatral. Jacques, el personaje que da nombre a la novela y al espectáculo, es un criado valiente, inteligente y generoso, dotado de notable iniciativa y, además, filósofo: un determinista, aunque sus actos no lo sean en absoluto. Su amo, por el contrario, aparece como un aristócrata ocioso y amorfo, dependiente de su criado, al cual arrastrará, por su torpeza, a las peores aventuras. Ambos personajes, sin embargo, están unidos por una notable amistad y junto a la relación social de criado y amo es lo que constituye uno de los grandes valores de esta novela y uno de los aspectos que más cautiva al lector.

El punto de arranque refleja el viaje indeterminado de Jacques y de su amo, no se sabe de dónde ni hacia dónde, si van o si vienen. A lo largo de ese viaje sin-sentido se suceden historias fantásticas, de amor, de odio y de pasión; historias morales y amorales; historias inteligentes e historias para aprender, plenas, todas ellas, del tono satírico, mordaz y picaresco. Dejándose llevar por la necesidad de saber, el obra de Kundera ofrece, al final, conocer quién es el amo y quién es el criado en aquel nuevo mundo que empezaba a soñar con llegar a ser, algún día, libre, igualitario y fraterno.

La novela-teatral causó escándalo cuando se publicó al conceder más importancia al sirviente que al amo. Pero, sobre todo, porque retrata a ambos estamentos de una forma tan revolucionaria, a la par que tan humana y verídica, que queda expresada en frases como "Vos tenéis los títulos, y yo tengo la cosa" le dice Jacques a su amo. Esa ‘cosa’ es, una mezcla de iniciativa, sabiduría del mundo, fuerza, ganas de vivir, capacidad de observación, inteligencia, astucia....

Jacques y su amo de Milán Kundera insiste permanentemente en la idea del todo se repite. Y es que nuestras vidas no son sino variaciones de vidas pasadas, lo que sentimos, experimentamos o aprendemos ya se ha producido en otra persona. Nietzsche llamaba a esto el eterno retorno, todo es una vuelta al pasado, no hay nada nuevo bajo las estrellas. No somos más que una re-escritura de lo escrito por nosotros mismos y por los demás.

Rita Márquez

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